Abuso narcisista: violencia con cientos de formas de expresarse

Abuso narcisista: violencia con cientos de formas de expresarse

El abuso narcisista no solo ocurre entre parejas, puede tener cientos de caras y entornos. Sin embargo, en todos los casos prevalece el sentimiento de superioridad y la falta de empatía del abusador. 

De acuerdo con Manual MSD, el trastorno de personalidad narcisista (NPD, por sus siglas en inglés) es una afección mental en la cual una persona presenta un sentido exagerado de grandiosidad, necesidad de adulación y falta de empatía. Es poco común coincidir con una persona que lo padezca, ya que su índice de prevalencia es de 1.6 por ciento, de acuerdo con una revisión de 5 estudios epidemiológicos citados por la publicación.

Se estima que este trastorno es más común en hombres que en mujeres. Quienes lo padecen necesitan ser elogiados y buscan interactuar con personas especiales que les puedan ayudar a proyectar estatus. Asimismo, pueden llegar a subestimar o humillar a otras personas para poder mantener su sentido de superioridad; debido a que las personas diagnosticadas con este trastorno tienen problemas para regular su autoestima.

Los narcisistas sobreestiman sus logros y sus capacidades. Asumen que su grandeza les concede un lugar superior en la sociedad y solo merecen relacionarse con personas que consideran tan extraordinarias como ellos, nunca con gente común. Su autoestima es frágil y depende de la validación de los demás.

ABUSO NARCISISTA

El narcisista suele generar vínculos abusivos y de maltrato, que pueden causar daños irreversibles en sus víctimas. Un estudio publicado en 2021 por la revista Personality and Mental Health, titulado «Narcisismo patológico: un análisis de la disfunción interpersonal en las relaciones íntimas»,analizó las formas de abuso que los narcisistas ejercen contra sus familiares y parejas.

En el estudio participaron 436 casos de personas diagnosticadas con este trastorno y sus familiares. Entre los hallazgos, los científicos encontraron abusos de tipo físico, verbal, emocional y sexual, además de la imposición de conductas financieras y sexuales desafiantes. Las personas que sufrieron estos abusos presentaron cuadros de ansiedad, depresión, autoagresión, enfermedad y preocupaciones somáticas.

Los investiagadores lograron identificar casi 800 expresiones en que se manifiesta el abuso narcisista. En el 44 por ciento de los casos, se manifestaron comportamientos abusivos, que incluyeron violencia física, sexual, emocional, y verbal.

En el 32 por ciento de los casos, se detectó carga financiera, entre ellas deuda, robo, violencia económica, dependencia e irresponsabilidad.

En el 34 por ciento de los casos se detectó abuso sexual, que incluyó infidelidad, adicción a la pornografía o a las prácticas sexuales, egoísmo al no considerar las necesidades de la pareja, exigencia de sexo, bromas sexuales, e instrumentalización del sexo para ejercer poder.

En el 31 por ciento de los casos, hubo un periodo inicial de idealización mutua, que fue seguida de una devaluación mutua.

Según esta investigación, el abuso narcisista no solo se genera entre parejas, también puede ocurrir en otros entornos y no siempre se manifiesta de manera física. En muchos casos, el maltrato es silencioso y consiste principalmente en abuso emocional.

UN EJEMPLO COMÚN

El abuso narcisista puede llegar a generar un daño profundo en el bienestar mental de una víctima, incluso cuando la relación no fue a un nivel interpersonal profundo y puede llegar a dañar de manera irreversible.

Un ejemplo podría ser el narcisita en el entorno laboral. Un excolaborador ideó mecanismos de manipulación para orillar a su víctima a aceptar fuertes cargas de trabajo, o trabajo no remunerado bajo falsas promesas que, al final, el narcisista no cumplió porque se trataba de un asunto en el que la persona con NPD buscaba obtener ventaja unilateral ocultando sus verdaderos motivos.

Mientras que la víctima asimilaba la estafa en la que fue sometida a una sobrecarga de presiones psicológicas inútiles, y experimentaba cuadros de ansiedad y depresión, el narcisista pudo salir de la situación sin generar empatía, ni culpa, por el daño que causó en la persona con la que trabajó codo a codo durante meses.

El narcisita no solo no cumplió con su palabra, sino que difamó a su víctima y le aplicó tratamiento de silencio para no tener que dar explicaciones. Mientras que la víctima se sumía más y más en la decepción, el sentirmiento de humillación, ansiedad, abandono y otros, la persona con NPD buscaba la manera de cambiar de entorno laboral para olvidarse del tema sin asumir responsabilidades.

El narcisista olvidó el tema en un par de semanas, mientras que la víctima que fue explotada laboralmente, engañada, manipulada y traicionada, tuvo que enfrentar además del daño psicológico, un proceso de degradación social y difamación, sin contar con las herramientas para defenderse y pudo requerir de años para superar ese abuso.