János Bolyai redefinió el estudio de la Geometría pero dejó de publicar por decepción y falta de reconocimiento

János Bolyai redefinió el estudio de la Geometría pero dejó de publicar por decepción y falta de reconocimiento

Tenía un gran futuro como genio matemático. Sin embargo, la decepción, la falta de reconocimiento y el temor de que su mérito le hubiese sido arrebatado, le desalentó para seguir publicando. Nunca se enteró de que el colega que más lo desalentó lo consideraba un «genio de primer orden».

El gran amor del joven húngaro János Bolyai era el estudio de las matemáticas. Sin embargo, la decepción de no obtener reconocimiento por sus hallazgos le impidió continuar publicando sus trabajos pioneros en geometría no euclidiana.

Entre 1820 y 1823, Janos se concentró en estudiar el quinto postulado de Euclides. Un enigma que desde el año 300 antes de Cristo había planteado dudas en los matemáticos. Este postulado indica que si dos líneas rectas fueran atravesadas por una tercera vertical, y los ángulos que se formaran sumaran menos de dos ángulos rectos, al prolongar las paralelas de manera indefinida, se encontrarían en el lado en el que están los ángulos menores que dos rectos.

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Durante siglos, se pensó que Euclides se había equivocado y que este era un teorema no un postulado, ya que los primeros cuatro axiomas que propuso son mucho más simples: el primero señala que dos puntos siempre determinan una recta; el segundo, menciona que una línea recta siempre se extiende de manera indefinida; el tercero, una circunferencia se traza a partir de un centro y un radio; y el cuarto, señala que los ángulos rectos son iguales entre sí. Sin embargo, el quinto, también conocido como axioma de las paralelas, parecía no tener sentido.

János era hijo del matemático, Johann Bolyai, quien había pasado gran parte de su vida estudiando el quinto postulado de Euclides sin lograr ningún avance. Cuando se enteró de que su hijo había tomado el mismo camino, y enfocaba todos sus estudios en el quinto postulado, le escribió una carta rogándole que desistiera y no desperdiciara su juventud.

«Por amor de Dios te lo ruego, olvídalo. Témelo como a las pasiones sensuales, porque lo mismo que ellas, puede llegar a absorber todo tu tiempo y privarte de tu salud, de la paz de espíritu y de la felicidad en la vida», le escribió el padre a János.

Para entonces, el joven matemático se había encariñado demasiado con el tema e ignoró a su padre. Después de un tiempo, logró encontrar una explicación, al considerar al quinto postulado como independiente de los otros cuatro. El joven redactó un manuscrito donde explicó su teoría que denominó «Del espacio absoluto», mediante la que explicó que a través de un punto externo a una línea, otras líneas distintas pueden ser paralelas a ella. Su idea le emocionó tanto que le escribió a su padre: » «He creado un mundo nuevo y diferente de la nada».

Paralelas en la geometría hiperbólica. Foto: Wikipedia

DECEPCIÓN

El joven planteó sus nuevas ideas a su padre, quien emocionado le escribió una carta a su amigo, Carl Friedrich Gauss, uno de los matemáticos más influyentes de aquella época.

Sin embargo, a pesar de que las expectativas del joven matemático acerca de su hallazgo eran altas, Gauss le respondió al padre de János que no podía elogiar el trabajo de su hijo sin elogiarse a él mismo, porque desde años había trabajado en la misma idea. Con el tiempo se probó que lo que respondió Gauss si fue verídico.

Carl Friedrich Gauss (1777-1855). Foto: Wikipedia

János sintió una gran frustración al leer la respuesta de Gauss y pensó que probablemente el gran matemático alemán pretendía plagiar su obra. La paranoia se apoderó de él. Sin embargo, al joven húngaro le esperaba algo aún más demoledor.

En el año 1848, el joven Bolyai descubrió que un ruso de nombre Nikolái Ivánovich Lobachevski había llegado a la misma conclusión que él años atrás. Solo que su libro no había sido traducido al alemán, idioma en el que se difundían los hallazgos científicos de la época.

János dejó de publicar debido a la gran decepción por la falta de reconocimiento de sus aportes. Su obra quedó reducida a un apéndice de los escritos de su padre, a pesar de tener una gran cantidad de textos inéditos. Su carácter se tornó cada vez más sombrío y paranoico y llegó a pensar que Gauss, el gran amigo de su padre, había inventado el personaje de Lobachevski para robarle sus hallazgos.

El mérito de la geometría no euclidiana fue otorgado mayoritariamente al ruso Lobachevski. János falleció a los 57 años de edad, con el corazón roto por la falta de reconocimiento, sin saber que a pesar de que Gauss no concedió un gran crédito a su teoría, en una carta que le envió a un amigo, le contó que lo consideraba un «genio de primer orden».

Con el tiempo, la academia comenzó a reconocer a János, incluso, fue incluido como un personaje de la novela «Operation Changeling», de Poul Anderson.

Con información del Instituto de Física Corpuscular.