Tras una década de defender la libertad de Telegram, Pavel Durov enfrenta a la justicia francesa

Tras una década de defender la libertad de Telegram, Pavel Durov enfrenta a la justicia francesa

Tras una década de defender la libertad en Telegram, Pavel Durov se enfrenta a la justicia francesa por no moderar los mensajes de los usuarios y no colaborar con las autoridades. 

El 14 de agosto, la empresa de servicios de mensajería, Telegram, cumplió 11 años de existencia. Con motivo del aniversario, su presidente, Pavel Valérievich Durov, expresó a través de su canal oficial: «Cuando cumplí once años en 1995, me hice una promesa a mi mismo de volverme más inteligente, fuerte y libre cada día. El día de hoy, Telegram cumple once años y está listo para el mismo compromiso. Cada día Telegram será más inteligente, fuerte y libre», dijo el empresario ruso. Ese fue su último mensaje antes de su detención en el Aeropuerto de Bourget, en París, acusado de falta de moderación y cooperación con las autoridades, que lo harían cómplice de tráfico de drogas, delitos contra menores y fraudes, informó INFO TF1

Pavel Durov es considerado uno de los empresarios más adinerados de Rusia. Sin embargo, vive en el autoexilio tras enfrentar presiones del Gobierno de Vladimir Putin para entregar datos de usuarios de sus plataformas. Durov fue fundador de la red social VKontakte (VK), que es la principal competidora de Facebook en Rusia y otros países de Asia. Hasta el año 2014, el empresario ruso fue el CEO de VK, un periodo en el que se desarrollaron fuertes protestas en Ucrania y en Rusia. En medio de las movilizaciones, las personas utilizaron VK como un medio de expresión de descontento y organización, similar a como ocurre en otras partes del mundo con plataformas como Facebook y X. 

El Gobierno ruso solicitó a Durov que cerrara los grupos antagónicos a Vladimir Putin. Sin embargo, el empresario se negó por los principios libertarios extremistas que ha manifestado y que lo posicionaron en un lugar ideológico en el que la libertad de expresión debe garantizarse frente a cualquier amenaza. Existe una anécdota en torno a este suceso, en algún momento entre el 2011 y el 2013, un grupo de agentes de las Fuerzas Especiales acudió a su domicilio en Rusia y tocó a la puerta. El empresario no les abrió y después de una hora se retiraron. Así fue como Durov entendió que necesitaría un canal de comunicación seguro con su hermano Nikolái y poco después desarrollaron Telegram. 

SEPARACIÓN DE VK

Durov se vio forzado a vender sus participaciones de VK, la plataforma que él mismo creó después de que sus dos socios  Lev Leviev y Viacheslav Mirilashvili vendieron sus acciones de la compañía a aliados del gobierno ruso. 

En 2007, Digital Sky Technologies compró la cuarta parte de las acciones de la compañía y después las transfirió a Mail.ru. fue el primer socio externo que tuvo VK

Entre el 2010 y el 2013, UCP adquirió las acciones de VK que fueron vendidas por Lev Leviev y Viacheslav Mirilashvili, cofundadores de la red social. UCP comenzó a presionar a Durov, acusándolo de haber utilizado la tecnología de VK para crear Telegram por lo que el servicio de mensajería debería pertenecer a VK. De acuerdo con algunos medios de comunicación, Ilya Shcherbowich, CEO de UCP tendría lazos con el Kremlin y fue miembro de la petrolera Rosneft, cuyo directivo, Igor Sechin, era amigo cercano de Putin y ambos empresarios eran amigos cercanos. 

En 2013, Durov declaró que debido a las presiones para entregar datos de usuarios al gobierno ruso, se sintió forzado a vender sus participaciones a Ivan Tavrin, directivo de Megafon. En 2014, Durov se separó de la compañía y se autoexilió. Ese mismo año, Mail.ru adquirió las acciones de UCP y se convirtió en el socio mayoritario de VK. Su directivo, Alisher Usmanov, también sería aliado de Putin de acuerdo con medios rusos.

Durov afirmó que el Gobierno ruso había tomado el control de VK. Sin embargo, continuó enfrentando presiones por su negativa a permitir que las autoridades rusas accedieran a Telegram. En 2018, el organismo ruso de control de medios, Roskomnadzor, solicitó que la aplicación de mensajería fuera bloqueada ante la negativa de la empresa para facilitar el acceso a la FSB a través de «puertas traseras». Durante los primeros años de su autoexilio, Durov se mudaba constantemente de país hasta establecerse en Dubai. 

Debido a las opciones de privacidad con las que cuenta Telegram, ha sido un medio de organización de protestas y disidencia política que ha puesto a Durov bajo el radar de varios gobiernos. La aplicación también ha sido señalada de facilitar actividades delictivas. El Center for Monitoring, Analysis and Strategy (CeMAS) calificó a Telegram como una plataforma para la conspiración y el contenido extremista. Los administradores de la plataforma casi nunca intervienen, siguiendo los principios de libertad de expresión absoluta de Durov. 

Desde su surgimiento, plataformas digitales como Signal, Facebook, Whatsapp e Instagram han sido utilizadas por grupos criminales. La organización Crisis Group señaló en una investigación publicada en enero pasado, que los cárteles mexicanos utilizan en mayor medida Facebook para comunicarse.  “Las organizaciones criminales hacen un uso descaradamente indebido de nuestra plataforma para coordinar ataques fuera de línea, reclutar personas, promover la narcocultura y el comercio de drogas”, reveló Meta a la organización. 

Las redes sociodigitales han aplicado medidas para frenar la presencia del crimen organizado en sus canales. Sin embargo, Crisis Group señaló que no ha ocurrido lo mismo con los servicios de mensajería como Whatsapp o Signal, donde rara vez se vetan usuarios. A pesar de que las autoridades tienen conocimiento de esta situación, sus directivos no enfrentan el mismo grado de presión que Durov, quien se ha negado a entregar datos o permitir el acceso a las autoridades para espiar a usuarios. 

Telegram ha sido un canal activo de comunicación en torno al conflicto armado en Ucrania. De acuerdo con medios franceses, la investigación en contra de Durov se centra en la falta de moderadores de Telegram, que según las autoridades del país galo, facilita la comisión de actividades delictivas.