El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, reconoció el programa para regular la producción de aguacate en Michoacán donde la alta demanda estadounidense, ha desatado el cultivo indiscriminado, que ha arrasado con los bosques de pino y dañado seriamente el medio ambiente.
El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, destacó el Decreto para la Certificación contra la Deforestación y certificación voluntaria Pro-Forest que se encuentra vigente desde el 29 de agosto y que permite que 49 mil 118 huertas de aguacate de Michoacán sean reguladas en un intento por detener la tala y deforestación, que fomenta el cultivo indiscriminado de aguacate en el estado, uno de los principales exportadores de México.
Con este programa se busca garantizar que los aguacates que se exportan a los Estados Unidos proceden de huertas legalmente establecidas y fueron cosechados en zonas donde no se generó deforestación desde enero de 2018 a la fecha; que no se encuentran en zonas donde hubo incendios forestales desde el año 2012; ni en zonas reconocidas por el gobierno mexicano como Áreas Naturales Protegidas.
«De esta manera, debe ser posible garantizar que los aguacates que se exportan a Estados Unidos no provengan de huertas ilegales o de zonas deforestadas. Esperamos ver una implementación rigurosa de este programa», externó Salazar en un comunicado.
Avanzamos para que los aguacates que van a los Estados Unidos no provengan de huertos ilegales para combatir la deforestación
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— Embajador Ken Salazar (@USAmbMex) September 20, 2024
El diplomático destacó que esta iniciativa permitirá fomentar la conservación y remediar daños ambientales, y agregó que parte de su éxito dependerá de la colaboración de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de México (APEAM).
De acuerdo con datos del Gobierno de Michoacán, existen 327 denuncias de alta prioridad presentadas ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y ante la Fiscalía General del Estado (FGE), de huertas con una extensión superior a 10 hectáreas, donde se tiene documentado daño ambiental, y hay otras 500 denuncias a la espera de ser interpuestas.
La Secretaría de Medio Ambiente de Michoacán ha estimado que durante los últimos seis años se han talado por lo menos 60 mil hectáreas de bosque, principalmente pino, para sembrar aguacates. Comunidades indígenas como la de San Francisco se han organizado para impedir la tala de árboles.
Sin embargo, el cambio de uso de suelo persiste debido a que las autoridades locales no cuentan con recursos para detener las prácticas de desmonte. En las huertas que ya están establecidas, también se presentan problemas de erosión y de contaminación por el uso de fertilizantes químicos y orgánicos, señaló la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en un diagnóstico publicado en 2019.
Los traficantes de aguacate ilegal incluso han utilizado cañones antigranizo, unos dispositivos que se activan durante las tormentas para impedir que el granizo caiga en la región y afecte a sus cultivos. Estos aparatos dañan el ciclo del agua y potencializan la sequía, por lo que el artículo 37 de la ley ambiental de Michoacán los prohíbe.
En junio pasado, EU suspendió de manera temporal las importaciones de aguacate y emitió una alerta de seguridad después de que dos inspectores agrícolas estadounidenses fueron agredidos en el municipio de Aranza.