Científicos logran almacenar el genoma humano en cristal de memoria 5D, una tecnología con potencial de durar miles de millones de años.
Un equipo de científicos de la Universidad de Southampton ha logrado almacenar el genoma humano completo en un cristal de memoria 5D, una innovadora tecnología de almacenamiento de datos con capacidad para sobrevivir miles de millones de años sin degradarse. Este avance no solo preserva la información genética humana, sino que podría sentar las bases para un futuro en el que se puedan restaurar organismos complejos, como plantas y animales, si la ciencia lo permite.
El cristal de memoria 5D, desarrollado en el Centro de Investigación Optoelectrónica de Southampton, utiliza sílice nanoestructurada grabada con láseres ultrarrápidos para almacenar hasta 360 terabytes de datos sin pérdida de información, incluso a temperaturas extremas de hasta 1000 °C. Este material, que en 2014 obtuvo el récord Guinness al dispositivo de almacenamiento más duradero, está diseñado para soportar condiciones que van desde radiación cósmica hasta impactos extremos.
Preservación del conocimiento genético
Una de las metas del equipo es que esta tecnología pueda permitir la creación de un depósito permanente de información genómica, desde el cual sea posible restaurar especies en el futuro. Para demostrar este concepto, los investigadores grabaron el genoma humano completo en el cristal, asegurándose de secuenciar cada una de las tres mil millones de letras del genoma 150 veces para garantizar la precisión, en colaboración con Helixwork Technologies.
El cristal de memoria 5D se encuentra ahora almacenado en el archivo de la Memoria de la Humanidad, una cápsula del tiempo ubicada en una cueva de sal en Hallstatt, Austria, como una forma de resguardar este conocimiento para futuras civilizaciones o incluso especies que puedan habitar la Tierra en millones de años.
Un lenguaje para el futuro
El diseño del cristal no solo resguarda la información, sino que también fue pensado para facilitar su comprensión en el futuro. Para ello, el equipo inscribió una «clave visual» que muestra de manera universal los elementos fundamentales del ADN —adenina, citosina, guanina y timina—, sus estructuras moleculares y cómo se posicionan en la doble hélice del ADN. Esto permitiría que una inteligencia, ya sea una especie o una máquina futura, pueda descifrar el contenido y entender cómo funciona la estructura genética humana.
Inspirándose en las placas de las naves Pioneer enviadas por la NASA más allá del Sistema Solar, los investigadores agregaron pistas visuales para identificar la relación del cristal con la humanidad. Si bien no saben si esta tecnología llegará tan lejos como las placas espaciales, confían en que estos cristales superarán el tiempo de supervivencia de cualquier otro sistema de almacenamiento existente.
Este avance representa una puerta abierta hacia un futuro donde la información genética de especies vivientes pueda preservarse por eones, incluso más allá de la propia humanidad.