Investigadores identifican seis especies animales que podrían haber transmitido el SARS-CoV-2 a humanos en el mercado de Wuhan. Un nuevo estudio genómico sugiere que el mercado mayorista de mariscos de Huanan fue el origen de los primeros contagios de COVID-19. El análisis destaca la presencia de perros mapaches y civetas como posibles intermediarios en la transmisión del virus, fortaleciendo la teoría de la zoonosis.
Un nuevo estudio publicado en Cell ha aportado más claridad a la controvertida búsqueda del origen de la pandemia de COVID-19. Investigadores han identificado al menos seis especies animales que podrían haber sido los intermediarios en la transmisión del SARS-CoV-2, el virus causante de la enfermedad, a los humanos. Este hallazgo es resultado de un análisis genómico más avanzado de muestras recogidas en el mercado mayorista de mariscos de Huanan, en Wuhan, China, un lugar clave en la investigación sobre los primeros contagios del virus.
El estudio sostiene que la presencia de estos animales en el mercado, junto con material genético del virus, refuerza la teoría de que el mercado fue el escenario de los primeros eventos de transmisión zoonótica. Es decir, donde el virus saltó de animales a humanos. Aunque no se ha confirmado que los animales estuvieran infectados, la cercanía entre el ADN de los animales y el virus es «fuertemente indicativa» de que los animales podrían haber sido portadores, según Gigi Gronvall, experta en bioseguridad de la Universidad Johns Hopkins.
Entre las especies identificadas como posibles intermediarias destacan el perro mapache (Nyctereutes procyonoides) y la civeta de palmera enmascarada (Paguma larvata). Otros animales, como ratas de bambú y erizos, también fueron mencionados, aunque su papel en la transmisión del virus sigue siendo incierto.
Este hallazgo amplía el análisis preliminar publicado en marzo de 2023 y difiere del estudio revisado por pares en Nature, que en 2022 concluía que el papel del mercado en la pandemia aún no estaba claro. La nueva investigación sugiere que el virus podría haber saltado dos veces de los animales a los humanos, una hipótesis que algunos consideran más probable que la alternativa de múltiples contagios humanos externos al mercado.
Aunque no se detectó ADN de murciélagos, considerados los progenitores del virus, los datos sugieren que algunos de los animales infectados podrían haber sido capturados en mercados del sur de China, una región donde los murciélagos son comunes.
Este avance pone de nuevo sobre la mesa la importancia de regular el comercio de animales salvajes para reducir la posibilidad de futuras pandemias. Los investigadores proponen estudios adicionales sobre la susceptibilidad de los mamíferos salvajes al SARS-CoV-2 y la implementación de controles más estrictos en los mercados de fauna silvestre.