Un día como hoy, hace 61 años, fallecía en la Ciudad de México Remedios Varo, una de las más grandes exponentes del surrealismo. Nacida en España y exiliada en México, Varo nunca regresó a su país natal, pero construyó desde tierras mexicanas un universo pictórico único, marcado por lo místico, lo esotérico y lo científico. Su obra, llena de simbolismo y magia, sigue inspirando a nuevas generaciones de artistas y amantes del arte alrededor del mundo.
El 8 de octubre se conmemora el aniversario luctuoso de María de los Remedios Alicia Rodriga Varo y Uranga, más conocida como Remedios Varo, una de las figuras más emblemáticas del surrealismo. Nacida en Anglés, Gerona, España, el 16 de diciembre de 1908, su vida y obra se entrelazan con la historia del exilio y la creatividad que desafía los límites entre lo real y lo onírico. Aunque su nacionalidad permaneció española hasta el final de sus días, fue en México donde encontró un hogar, transformándose en una pieza clave del panorama artístico del país.
Varo creció en un entorno intelectual gracias a su padre, Rodrigo Varo, un ingeniero librepensador interesado en temas como el esperanto y la mineralogía. Esta influencia temprana se vio reflejada en su obra, donde lo científico, lo esotérico y lo mágico convergen para crear universos enigmáticos. Desde temprana edad, mostró inclinaciones artísticas y, alentada por su padre, ingresó a los 15 años en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid. Allí, compartió tertulias con grandes figuras como Salvador Dalí y Federico García Lorca.
En los años 30, Varo se sumergió en el ambiente surrealista de Barcelona, donde colaboró con artistas como Esteban Francés y Óscar Domínguez, y fue parte del grupo Logicofobista, cuyas obras exploraban los estados internos del alma. Durante la Guerra Civil Española, conoció al poeta surrealista Benjamin Péret, con quien huyó a París en 1937. La invasión nazi en 1941 los obligó a exiliarse en México, país que les brindó refugio gracias a la política de Lázaro Cárdenas de recibir a intelectuales y artistas perseguidos.
FORJASA EN MÉXICO
En México, Varo encontró una comunidad de artistas exiliados con quienes mantuvo estrechas relaciones, entre ellos Leonora Carrington, Octavio Paz y Eva Sulzer. A diferencia de Carrington, Varo nunca se nacionalizó mexicana, pero fue aquí donde su obra alcanzó una madurez artística que la consagró como una de las figuras más importantes del surrealismo en América Latina.
Su primera exposición individual fue en 1956, seguida de un reconocimiento constante a su peculiar estilo. En su trabajo, Varo fusionaba lo místico con lo científico, como se observa en obras icónicas como «El alquimista» (1955), donde plasmó detalles de su infancia en Anglés y la influencia de su padre. Su tríptico «Hacia la torre» (1961) es otro ejemplo donde traduce su historia personal en un lenguaje visual surrealista.
MISTICISMO
La vida y obra de Remedios Varo estuvieron siempre envueltas en misticismo. Sus intereses iban desde el psicoanálisis hasta la alquimia, y esos temas se veían reflejados en sus pinturas, donde los personajes parecían estar en constante búsqueda de algo superior. Su pintura no solo desafiaba los cánones tradicionales del arte, sino que también reflejaba una visión profundamente personal sobre la existencia, el conocimiento y el misterio del universo.
Remedios Varo falleció el 8 de octubre de 1963 en Ciudad de México, dejando un legado que continúa fascinando al mundo del arte. Aunque nunca volvió a España, su influencia trascendió fronteras, y su obra sigue siendo estudiada y celebrada en todo el mundo. A través de su visión única, Varo nos invita a explorar mundos donde lo imposible se vuelve posible, donde la ciencia y la magia se entrelazan, y donde el arte se convierte en un viaje hacia lo más profundo del ser.
Este aniversario luctuoso nos recuerda la vigencia de su obra, que sigue desafiando las normas y expandiendo los horizontes de lo que el arte puede ser. Remedios Varo no solo pintó cuadros, sino que creó universos que, hasta hoy, siguen inspirando a nuevas generaciones de artistas y soñadores.