La tragedia tocó a la puerta del influencer y rescatista Mark Lango luego de que el Departamento de Conservación Ambiental de Nueva York (DEC) confiscara y sacrificara a su querida ardilla Peanut y a Fred, un mapache que también había sido rescatado. Peanut, quien se hizo famosa en TikTok gracias a sus aventuras y a la vida que compartía con Lango, había sido adoptada por su familia hace más de siete años después de sufrir un atropellamiento.
La popularidad de Peanut en redes sociales ayudó a Mark a construir un refugio para animales, conocido como P’Nuts Freedom Farm, donde él y su familia albergan a más de 300 animales. Sin embargo, el DEC tomó la decisión de incautar a Peanut y a Fred tras recibir quejas anónimas que indicaban que el rescatista no contaba con permisos para mantener a la ardilla como mascota y que ambos animales podían ser un riesgo de contagio de rabia.
El Departamento de Conservación Ambiental emitió un comunicado en el que justificó la medida: “El DEC confiscó un mapache y una ardilla que compartían residencia con humanos, lo que creó la posibilidad de exposición humana a la rabia. Además, una persona involucrada en la investigación fue mordida por la ardilla. Para realizar pruebas de rabia, ambos animales fueron sacrificados”.
Mark Lango, devastado, compartió su testimonio en una entrevista con TMZ, describiendo el operativo de las autoridades como un trato que lo hizo sentir como un delincuente. “No solo destroza a mi familia, sino que Peanut era la piedra angular de nuestro refugio de animales sin fines de lucro”, declaró visiblemente afectado. El rescatista narró cómo entre diez y doce oficiales llegaron a su hogar, etiquetándolo como si fuera un lugar de tráfico de drogas.
“De 10 a 12 oficiales del DEC etiquetaron mi casa como si yo fuera un traficante de drogas. Estuve sentado fuera de mi casa durante cinco horas. Tuve que conseguir una escolta policial para ir al baño, ni siquiera me permitieron alimentar a mis caballos de rescate, ni el desayuno ni el almuerzo. Estuve sentado allí como un criminal después de que interrogaran a mi esposa para verificar su estatus migratorio, luego procedieron a preguntarme si tenía”, añadió.
La confusión y el dolor de la familia se intensificaron cuando Mark explicó que Peanut, durante más de siete años, había sido una ardilla de interiores que nunca había representado una amenaza para nadie y que su presencia era pública a través de redes sociales, donde acumuló millones de seguidores.
Lango y su familia, junto con su santuario P’Nuts Freedom Farm, continuarán su labor de rescate a pesar de la pérdida de Peanut y Fred. Para el rescatista, su memoria perdurará como la chispa inicial que impulsó la creación del refugio, el cual ayuda a animales rescatados de situaciones de maltrato o abandono.