La embajada de Estados Unidos en Kiev cerró temporalmente este miércoles por la mañana debido a una amenaza de ataque aéreo significativo. La medida, tomada por precaución, coincide con un aumento de la tensión en la región tras los recientes ataques rusos sobre Ucrania. A la decisión de Washington se unieron las embajadas de Italia y Grecia, mientras las autoridades ucranianas desmentían los rumores de un ataque masivo, acusando a Rusia de intentar sembrar el pánico.
En medio de una creciente amenaza de ataques aéreos en Ucrania, la embajada de Estados Unidos en Kiev cerró temporalmente el miércoles por la mañana «por precaución». La medida, que incluyó una alerta urgente a sus empleados para que se refugiaran en el lugar, responde a la advertencia de un «posible ataque aéreo significativo», según indicó la diplomacia estadounidense. A lo largo del día, se unieron a esta decisión otras embajadas occidentales, como las de Italia y Grecia, que también suspendieron sus operaciones.
Las autoridades ucranianas, por su parte, se apresuraron a desmentir rumores que circulaban sobre una posible ofensiva masiva, acusando a Rusia de intentar generar pánico con la difusión de mensajes alarmistas. En un comunicado, la agencia de inteligencia militar de Ucrania instó a la población a mantenerse alerta y resistir las tácticas psicológicas del enemigo, indicó Reuters.
A pesar de la calma relativa, Kiev vivió momentos de tensión. A primeras horas de la tarde, una sirena antiaérea generó alarma en la capital ucraniana, que ya se encuentra acostumbrada a las frecuentes alertas debido a los ataques rusos con misiles y drones. Sin embargo, los ucranianos han sido entrenados para reaccionar rápidamente a estas situaciones, y la mayoría se refugió en metros, sótanos o instalaciones subterráneas.
Este cierre de embajada ocurre en un contexto de intensificación de los ataques rusos, que han incluido el reciente lanzamiento de misiles y drones sobre el sistema eléctrico de Ucrania, matando a al menos 7 personas el domingo. En respuesta, Ucrania ha intensificado sus propios ataques, incluyendo el uso de misiles balísticos de fabricación estadounidense en territorio ruso, lo que ha elevado la tensión en la región.
Rusia, por su parte, no ha dejado de emitir amenazas, y el jefe de inteligencia exterior ruso, Sergei Naryshkin, advirtió que Moscú tomaría represalias contra los países de la OTAN que faciliten ataques con misiles ucranianos. La situación sigue siendo volátil, con casi una quinta parte del territorio ucraniano bajo control ruso y la guerra en un punto crítico.
Mientras tanto, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski ha reiterado su posición de que la única forma de negociar una paz duradera con Rusia es mostrando fuerza y manteniendo el apoyo occidental. En este sentido, subrayó que la unidad de Europa, Estados Unidos y el pueblo ucraniano será clave para obligar al presidente ruso Vladimir Putin a aceptar un acuerdo de paz.
A medida que la guerra avanza, se mantiene la incertidumbre sobre el futuro apoyo militar de Estados Unidos a Ucrania, especialmente con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en enero, quien ha mostrado actitudes escépticas respecto a la política exterior actual. La situación de seguridad en Kiev y en todo el país continuará siendo un tema central en los próximos días, mientras se espera la respuesta de Moscú a los recientes ataques ucranianos.
Con información de Reuters y New York Times.
