El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jerome Powell, afirmó tajantemente este jueves que no dimitiría aunque el presidente electo, Donald Trump, se lo solicitara. La declaración se dio en una rueda de prensa tras el anuncio de una nueva bajada de los tipos de interés en 25 puntos básicos, situando la tasa en un rango de entre el 4,5 % y el 4,75 %.
Powell respondió con un rotundo «no» cuando una periodista le preguntó si renunciaría a petición de Trump. Agregó que la ley no le obliga a dimitir, defendiendo así la independencia de la Fed respecto a la Casa Blanca en la toma de decisiones de política monetaria.
El actual mandato de Powell concluye en mayo de 2026, y aunque Trump ha dicho que no lo despediría durante su posible segunda presidencia, podría optar por reemplazarlo al finalizar este período. En octubre, Trump calificó el puesto de Powell como «uno de los trabajos más fáciles del Gobierno», minimizando la labor del presidente de la Fed en un acto público.
Powell también afirmó que las elecciones, en las que Trump resultó vencedor, no influirán en las decisiones de política monetaria de la Fed en el corto plazo. «A corto plazo, las elecciones no tendrán ningún efecto sobre nuestras decisiones políticas», señaló, subrayando que el banco central sigue una estrategia basada en datos y decisiones reunión a reunión.
Respecto al largo plazo, Powell indicó que es complejo prever el impacto económico de las políticas de una nueva administración, ya que “no se sabe en qué medida esas políticas serán importantes para el logro de nuestro objetivo del máximo empleo y la estabilidad de precios”.
Finalmente, el comunicado de la Fed y el propio Powell evitaron dar señales sobre posibles futuras bajadas de tipos, reiterando su enfoque de evaluar las condiciones económicas en cada reunión antes de tomar decisiones.