La creciente escalada del conflicto en Ucrania, tras el reciente ataque con misiles de largo alcance por parte del ejército ucraniano a territorio ruso, ha elevado las tensiones entre las grandes potencias, alimentando temores sobre la posibilidad de una Tercera Guerra Mundial. En este contexto, los líderes de la OTAN y la Unión Europea (UE) han reiterado su compromiso con Ucrania, advirtiendo que la derrota de las fuerzas rusas en el conflicto es crucial para evitar una Rusia fortalecida en las fronteras de Europa.
En una rueda de prensa celebrada en Bruselas este 19 de noviembre, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, enfatizó que es vital impedir que el presidente ruso Vladimir Putin cumpla sus objetivos en Ucrania, ya que, de hacerlo, Rusia podría ampliarse territorialmente, incrementar su capacidad militar y amenazar directamente a Occidente. «Estamos dispuestos a proporcionar lo necesario a Ucrania […] porque es crucial que Putin no se salga con la suya. Si no lo evitamos, tendríamos una Rusia envalentonada en nuestras fronteras», afirmó Rutte.
El funcionario de la OTAN advirtió que, en ese escenario, Rusia no se detendría en Ucrania, y sería una amenaza directa para todos los países occidentales. «Tenemos que garantizar que Ucrania sea vencedora», añadió Rutte, quien destacó que la victoria de Kiev es fundamental para la seguridad europea y global.
La reunión de ministros de Defensa de los países de la UE, que se celebra en Bruselas, marca un hito al cumplirse mil días desde el inicio de la invasión rusa en Ucrania. En medio de este aniversario, el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, instó a los miembros del bloque a seguir la decisión de Estados Unidos de autorizar el uso de misiles de largo alcance por parte de Ucrania en territorio ruso. «Espero que todos los Estados miembros sigan la decisión de Estados Unidos», expresó Borrell, quien calificó la autorización como «una muy buena noticia para los ucranianos».
La autorización por parte de Washington de misiles de largo alcance, considerada como un cambio significativo en la postura militar de apoyo a Ucrania, ha sido vista como una medida que podría intensificar aún más el conflicto. Sin embargo, tanto la OTAN como la UE insisten en que la expansión de la influencia rusa no puede ser permitida, ya que podría alterar el equilibrio de poder en Europa y amenazar la estabilidad mundial.
La decisión de los aliados occidentales de seguir apoyando a Ucrania con armamento avanzado subraya la gravedad de la situación y el temor a que, si Rusia logra imponerse, el conflicto podría trascender las fronteras ucranianas, con consecuencias globales impredecibles. La comunidad internacional sigue de cerca estos desarrollos, con la esperanza de que las tensiones puedan ser desescaladas antes de que se alcance un punto sin retorno.