El cielo de Venustiano Carranza se despejó brevemente de nubes para dar paso a un helicóptero privado que aguardaba en un improvisado campo de aterrizaje. Era el momento en que Ricardo Monreal Ávila, coordinador de los diputados de Morena, llegaba al deportivo que se encuentra a un costado de San Lázaro, el recinto que alberga la Cámara de Diputados, acompañado por Pedro Haces, líder sindical y también diputado de Morena. La aeronave, con matrícula N104EC, estaba lista para despegar, y en las redes sociales, un video rápidamente se viralizó.
La escena, captada por cámaras ajenas al poder legislativo, desató una tormenta de críticas. Mientras el helicóptero aguardaba su vuelo, las voces en X y otras plataformas se alzaron cuestionando la incongruencia entre el uso de vehículos de lujo y el discurso de austeridad que Morena, partido al que ambos políticos pertenecen, promueve como uno de los pilares de la Cuarta Transformación. ¿Cómo es posible que quienes defienden la «austeridad republicana» recurran a este tipo de transportes privados, a menudo asociados con el privilegio y la opulencia?
Monreal, ante las preguntas de los reporteros que lo interceptaron a su llegada, trató de defenderse. Reconoció sin tapujos que el uso de helicópteros privados no era una novedad para él. «Lo hago con frecuencia, cuando hay emergencias o asuntos urgentes», declaró el diputado, quien fue gobernador de Zacatecas entre 1998 y 2004. Aseguró que el costo de estos vuelos no afecta al erario ni al presupuesto de la Cámara de Diputados, sino que se cubre de su propio bolsillo.
«No es a cargo del erario ni de la Cámara de Diputados», insistió Monreal, tratando de desmarcarse de cualquier vínculo con el gasto público. De acuerdo con su versión, los vuelos no se realizan durante las sesiones legislativas ni en las instalaciones del Congreso, sino en espacios cercanos, como el deportivo Venustiano Carranza.
Pero la explicación no logró calmar los ánimos en las redes sociales, donde los usuarios no tardaron en señalar lo que perciben como un vacío entre la retórica de austeridad del gobierno de la Cuarta Transformación y la realidad del uso de recursos personales y privados para beneficios propios. ¿De qué sirve la austeridad si no es un principio aplicado en todas las facetas de la vida pública?
Para muchos, este incidente es un claro ejemplo de las contradicciones que salpican a la política mexicana, donde los discursos de cambio y justicia social se encuentran, a menudo, con una desconcertante desconexión entre la teoría y la práctica. A medida que las horas avanzan y el video del helicóptero sigue circulando, la pregunta persiste: ¿es este otro episodio de opacidad que empaña la «austeridad republicana», o simplemente un malentendido amplificado por las redes?