La excanciller de México y actual titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Alicia Bárcena, reconoció que asistió a la boda de su excolaborador Martín Borrego Llorente en el Museo Nacional de Arte (MUNAL). Sin embargo, señaló que fue invitada bajo la falsa premisa de que se trataba de un evento diplomático en honor de una comitiva de Rumanía.
Bárcena aseguró que su exjefe de Oficina en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) utilizó su cargo para gestionar el espacio del MUNAL bajo el pretexto de celebrar «89 años de relaciones entre Rumanía y México». La excanciller explicó que Borrego remitió la solicitud “en septiembre con membrete oficial sin mi conocimiento y sin mi autorización”, lo que derivó en que ella, junto con su esposo, acudieran “de buena fe” al evento.
“nunca he negado mi asistencia dicha recepción, pero sí, niego, rotundamente que se me atribuye a responsabilidad de haber avalado, solapado o utilizado mi carro para un evento inapropiad”, expresó Bárcena. Además, enfatizó que “la Cancillería no erogó ningún recurso financiero público respecto a esta recepción, como lo acredita mi entrega administrativa detallada al canciller que me sucedió (Juan Ramón de la Fuente)”.
Abuso de confianza y solicitud de renuncia
El evento privado, celebrado el pasado 4 de octubre en el MUNAL, generó críticas desde que el periodista Claudio Ochoa Huerta publicara en El Universal la columna titulada “La boda (no) fifí en el MUNAL”. Ochoa denunció que Borrego había celebrado su matrimonio con el diplomático rumano Ionut Vâlcu en un espacio público bajo la fachada de un evento diplomático.
En respuesta al escándalo, Bárcena informó que solicitó la renuncia inmediata de Borrego debido a “abuso de autoridad” y a que quebrantó la confianza de la excanciller al utilizar su posición para obtener un beneficio personal y disfrazarlo de evento diplomático. Según Bárcena, «todos fuimos con otra idea» respecto al motivo del evento.
La Semarnat confirmó la solicitud de renuncia y añadió que esta decisión responde a los valores de transparencia y austeridad que promueve la Cuarta Transformación.
El contexto del escándalo
El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) había autorizado el uso del MUNAL para lo que se presentó como un evento diplomático. Sin embargo, las imágenes difundidas en redes sociales mostraron una ceremonia privada con alrededor de 70 invitados, lo que generó críticas públicas y abrió una investigación por parte del Órgano Interno de Control de la SRE.
Borrego negó que el evento fuera una boda privada y defendió su carácter diplomático, declarando que no se utilizaron recursos públicos y que los gastos fueron cubiertos con fondos personales. Pese a estas afirmaciones, su renuncia fue presentada tras confirmarse las irregularidades en la solicitud del espacio.
El caso sigue generando controversia, en particular por el uso de un recinto cultural para un evento que, según la excanciller, fue disfrazado de celebración oficial, vulnerando así los principios de confianza y ética en el servicio público.