Francia enfrenta una grave crisis política tras la destitución del primer ministro Michel Barnier mediante una moción de censura en la Asamblea Nacional. El presidente Emmanuel Macron, quien asumió la responsabilidad de la situación, prometió nombrar un nuevo jefe de Gobierno en los próximos días y anunció una ley especial para garantizar la continuidad de los servicios públicos tras la caída del presupuesto de 2025.
Un día después de que la Asamblea Nacional de Francia aprobara una moción de censura contra el gobierno de Michel Barnier, el presidente Emmanuel Macron anunció que designará a un nuevo primer ministro en los próximos días. La votación del miércoles, con 331 votos a favor de los 577 posibles, también dejó sin efecto el proyecto de presupuestos para 2025, aumentando la incertidumbre política en Francia.
En un mensaje televisado, Macron asumió la responsabilidad de la crisis, aunque señaló que no tolerará la “irresponsabilidad de otros”. “Yo me declaro responsable de la situación, pero nunca asumiré la irresponsabilidad de otros”, dijo el mandatario, acusando a la oposición de utilizar la moción como una estrategia electoral de cara a las presidenciales de 2027.
La dimisión de Barnier, oficializada tras la aprobación de la moción de censura, se dio de forma automática en virtud del artículo 50 de la Constitución francesa. Macron adelantó que el próximo jefe de Gobierno será “una figura de interés general que represente a todas las fuerzas políticas de un arco amplio”.
Plan de continuidad para los servicios públicos
Ante la ausencia de un presupuesto aprobado para 2025, Macron aseguró que se presentará una ley especial en el Parlamento antes de mediados de diciembre para garantizar la operatividad del Estado. “Aplicará para 2025 las decisiones tomadas en 2024, y cuento con una mayoría para aprobarla”, afirmó.
El presidente descartó categóricamente dimitir antes de que termine su mandato en 2027. “El mandato que ustedes me confiaron democráticamente es de cinco años y lo ejerceré plenamente hasta su fin”, enfatizó.
División en la Asamblea Nacional
Macron criticó duramente la alianza entre la coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP) y el partido ultraderechista Agrupación Nacional, que permitió la caída de Barnier. “La extrema derecha y la extrema izquierda se han unido en un frente antirrepublicano, algo que no se había visto en 60 años”, afirmó.
El miércoles, Barnier intentó sortear el bloqueo parlamentario recurriendo al controvertido artículo 49.3 de la Constitución, que permite aprobar leyes por decreto, pero la maniobra terminó por consolidar el descontento de los legisladores.
Manifestaciones en las calles
El jueves, cientos de funcionarios públicos y ciudadanos se movilizaron en París para protestar contra las políticas presupuestarias impulsadas por Barnier, calificándolas de “inaceptables”. Las tensiones se suman a un panorama político incierto, donde el liderazgo de Macron será clave para evitar el estancamiento gubernamental.
La próxima semana será decisiva para definir el futuro del gobierno francés, con la expectativa de que el nuevo primer ministro busque consolidar una mayoría parlamentaria que permita estabilizar la situación.