Cada diciembre, las principales ciudades de todo el mundo se iluminan con la tradicional ceremonia de encendido de los árboles de Navidad, un evento que marca el inicio de la temporada festiva y que se ha convertido en un símbolo de esperanza, unión y alegría. Esta tradición, que data de siglos pasados, se ha adaptado a las necesidades y gustos de cada época, pero su esencia sigue siendo la misma: compartir la magia de la Navidad con los demás.
El encendido del árbol de Navidad es una de las celebraciones más esperadas del año, no solo por la belleza de los adornos y luces que decoran estos monumentales árboles, sino también por la atmósfera de comunidad que genera. En muchas ciudades, el acto de encender las luces se convierte en una fiesta colectiva que reúne a miles de personas, quienes, con caras sonrientes y corazones llenos de ilusión, esperan la señal para ver cómo los árboles, en ocasiones de más de 30 metros de altura, brillan con miles de luces multicolores.
El origen de esta costumbre se remonta al siglo XVI en Alemania, donde la tradición de colocar velas en los abetos se asociaba con el culto religioso, simbolizando la luz de Cristo que guía a la humanidad. Con el tiempo, el árbol se fue transformando en un símbolo universal de la Navidad. Ya en el siglo XIX, el uso de velas decorativas fue reemplazado por luces eléctricas, un avance que facilitó la seguridad y permitió el desarrollo de árboles cada vez más grandes y espectaculares.
Cada diciembre, las principales ciudades del mundo se iluminan con la tradicional ceremonia de encendido de los árboles de Navidad, un evento que marca el inicio de la temporada festiva y que se ha convertido en un símbolo de esperanza, unión y alegría. Esta tradición, que data de siglos pasados, se ha adaptado a las necesidades y gustos de cada época, pero su esencia sigue siendo la misma: compartir la magia de la Navidad con los demás.
Árboles Emblemáticos del 2024
El 4 de diciembre, el famoso árbol del Rockefeller Center en Nueva York encendió su luz, una tradición que data de 1931. Este árbol es más que una simple decoración, pues al finalizar la temporada navideña, su madera se dona a Hábitat para la Humanidad, ayudando a construir una casa para una familia. Desde 2007, esta generosa donación se ha convertido en una tradición que une a los empleados de Tishman Speyer, propietarios del Rockefeller Center, con las familias en necesidad. Este año, el encendido incluyó una impresionante proyección de mapping, con imágenes audiovisuales proyectadas sobre el árbol, acompañadas de una estrella brillantemente iluminada, destacando aún más la belleza de este símbolo navideño.
Al día siguiente, el 5 de diciembre, se encendió el árbol de Trafalgar Square en Londres, que es un regalo anual de Noruega al Reino Unido, simbolizando la amistad entre ambos países desde 1947, cuando se comenzó esta tradición como agradecimiento por el apoyo británico durante la Segunda Guerra Mundial. Aunque este árbol tiene una decoración más sencilla que otros, su majestuosidad radica en la altura de la conífera noruega, que se erige con orgullo en el centro de la plaza, adornado con luces para el disfrute de londinenses y turistas.
Otro árbol de gran renombre se encuentra en el Gran Salón del Castillo de Vaux-le-Vicomte, cerca de París. Este año, el castillo se transforma en un «bosque encantado» para la temporada 2024-2025, rindiendo homenaje a los cuentos de hadas clásicos, como «Blancanieves», «La Bella y la Bestia» y «Alicia en el País de las Maravillas». Este árbol es parte de una experiencia inmersiva que transporta a los visitantes al mundo mágico de estos relatos, fusionando la majestuosidad de la arquitectura del castillo con la magia de la Navidad.
En Brasil, el árbol más grande de São Paulo brilla con un impresionante color morado, patrocinado por Nubank. Con 57 metros de altura y hecho de luces LED, este árbol destaca por su modernidad y la representación del color corporativo de la plataforma de servicios financieros. Mientras tanto, en el Parque Villa-Lobos, el árbol de Navidad de Coca-Cola, de 53 metros de altura, se ilumina cada año con un espectáculo impresionante que atrae a miles de personas, consolidándose como una de las atracciones más queridas por los paulistas.
En Rusia, la temporada de fin de año está marcada por un evento único: el icónico tren de Ded Moroz (Papá Noel ruso), que recorre más de 80 ciudades llevando consigo el espíritu festivo de Año Nuevo. A diferencia de la tradición occidental, donde se espera la llegada de Santa Claus, los niños rusos esperan a Ded Moroz acompañado de su nieta, Snegúrochka (la Doncella de la Nieve), quienes traen alegría y regalos a la nación, continuando con una tradición llena de color y folklore.
El Significado de la Luz
El árbol de Navidad, en cualquiera de sus formas y tamaños, simboliza la luz en la oscuridad, un mensaje de esperanza y fraternidad. En un mundo cada vez más dividido, estos eventos permiten que las personas de diferentes orígenes y culturas se reúnan, aunque sea por un breve momento, para celebrar la magia de la Navidad. Con su mezcla de tradición y modernidad, los árboles de Navidad de 2024 siguen iluminando las ciudades, recordando que, en medio de la oscuridad del invierno, siempre hay una luz que nos une.