Familiares y simpatizantes de Lucio Cabañas Barrientos conmemoraron este domingo los 50 años de su asesinato en El Otatal, Guerrero.
Familiares y simpatizantes rindieron un homenaje este domingo en memoria de Lucio Cabañas Barrientos, al cumplirse 50 años de su asesinato en El Otatal, Guerrero.
El evento evocó el 2 de diciembre de 1974, cuando dos helicópteros transportaron cuerpos de muertos y heridos tras un enfrentamiento con el ejército, según recordó Ranulfo Ramírez Rosas, un poblador de Las Mesas.
Entre los asistentes destacaron Micaela Cabañas, hija del guerrillero; su hermano mayor, Pablo Cabañas Barrientos; y el Comandante Antonio, del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI). Además, el acto reunió a un centenar de simpatizantes que corearon loas a Lucio Cabañas y al Partido de los Pobres (PDLP), movimiento que lideró en la década de 1970.
¿Quién fue Lucio Cabañas?
Nacido el 12 de diciembre de 1938 en El Porvenir, Atoyac de Álvarez, Guerrero, Lucio Cabañas Barrientos fue un maestro rural y líder estudiantil egresado de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa. Se convirtió en jefe del grupo armado Partido de los Pobres, que combatió desde la sierra guerrerense.
Cabañas provenía de una familia con raíces revolucionarias: su abuelo paterno fue zapatista, y su tío, Pablo Cabañas, participó en la guerrilla de los hermanos Vidales en los años 20. Durante su formación en Ayotzinapa, se unió a las Juventudes del Partido Comunista y se destacó como líder de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México.
En abril de 1974, encabezó el secuestro de Rubén Figueroa, entonces senador y candidato a gobernador de Guerrero. Este hecho desató una persecución militar que culminó con su muerte el 2 de diciembre de 1974, tras un enfrentamiento en la selva cafetalera de El Otatal.
Legado y lucha
El homenaje realizado en Guerrero no solo recordó la vida de Lucio Cabañas, sino también el contexto de desigualdad que lo llevó a la lucha armada. En el mismo lugar donde cayó abatido, también fueron ejecutados Lino Rosas y Esteban Mesino, compañeros del movimiento.
La figura de Lucio Cabañas sigue siendo un emblema de resistencia para muchos en la región, especialmente en un estado marcado por las desigualdades sociales y económicas que dieron origen a su lucha.
