Una mujer adulta mayor fue víctima de un violento asalto en Tultitlán, Estado de México, este viernes 3 de diciembre, cuando dos delincuentes la despojaron de su camioneta a plena luz del día. A pesar de los gritos de auxilio de la víctima y la presencia de varios testigos en las inmediaciones, ninguno intervino para evitar el robo. Este caso recuerda el fenómeno conocido como efecto espectador, que sugiere que la presencia de más personas puede disminuir la probabilidad de que alguien actúe en situaciones de emergencia.
Este viernes 3 de diciembre, un video de seguridad comenzó a circular en redes sociales mostrando el violento asalto a una mujer adulta mayor en la colonia San Pablo de las Salinas, en Tultitlán, Estado de México. En las imágenes, se observa cómo dos delincuentes interceptan a la mujer cuando se dirigía a su camioneta gris y, tras un forcejeo, logran despojarla de su vehículo.
A pesar de que el lugar estaba lleno de transeúntes y cercanía de negocios, ninguno de los testigos intervino para detener el robo. La mujer, visiblemente desesperada, gritó por ayuda mientras trataba de impedir que los asaltantes se llevaran su camioneta. A pesar de su resistencia, los delincuentes lograron su cometido y huyeron sin que nadie actuara para evitar el crimen.
Este episodio podría tener como explicación el fenómeno conocido como el efecto espectador, que sugiere que, en situaciones de emergencia, las personas son menos propensas a intervenir cuando hay más testigos presentes. Según esta teoría, la responsabilidad de actuar se difumina entre los observadores, lo que puede llevar a la parálisis de los mismos.
Un caso histórico que ilustra este fenómeno es el asesinato de Kitty Genovese en 1964 en Nueva York, un evento ampliamente cubierto por los medios. Genovese fue atacada y apuñalada durante más de 30 minutos, y, según los reportes iniciales, 38 personas presenciaron el crimen sin intervenir. Aunque investigaciones posteriores demostraron que no hubo tantos testigos ni la indiferencia total que se había reportado, el caso sigue siendo un ejemplo paradigmático del efecto espectador y cómo la multitud puede inhibir la acción individual.
El asalto en Tultitlán no puede confirmarse como un claro ejemplo de este fenómeno, pero la ausencia de intervención de los testigos puede sugerir que factores similares, como la difusión de responsabilidad o la ignorancia colectiva, pudieron haber jugado un papel en la falta de acción durante el robo.