Rusia abrió una causa penal tras el accidente de un avión de Azerbaijan Airlines que se estrelló en su espacio aéreo cerca de Aktau, Kazajstán, dejando al menos 38 muertos. En una conversación telefónica, el presidente Vladímir Putin ofreció disculpas a su homólogo azerbaiyano Ilham Alíyev, mientras autoridades de ambos países y de Kazajstán investigan las causas del siniestro.
Rusia inició una investigación penal tras el accidente de un avión de pasajeros de Azerbaijan Airlines (AZAL) que se estrelló en su espacio aéreo, mientras los líderes de Rusia y Azerbaiyán abordaron la tragedia en una conversación telefónica marcada por las disculpas del presidente Vladímir Putin.
El incidente, ocurrido el pasado miércoles cerca de Aktau, en Kazajstán, dejó un saldo de al menos 38 víctimas mortales y 29 sobrevivientes, según informes del Ministerio de Salud de Kazajstán. Entre los fallecidos se encontraban ciudadanos de Rusia, Azerbaiyán, Kazajistán y Kirguistán, destacando la presencia de una niña rusa de 11 años.
Durante la llamada telefónica de este sábado, Putin expresó a su homólogo Ilham Alíyev su «más sentido pésame» y ofreció disculpas por la tragedia, que ocurrió en cielos rusos mientras el avión intentaba aterrizar en el aeropuerto de Grozni, en Chechenia. La zona enfrentaba en ese momento ataques con drones de combate atribuidos a Ucrania, lo que activó los sistemas de defensa aérea.
El Comité de Investigación de Rusia informó que abrió una causa penal bajo el cargo de «Violación de las normas de seguridad del tráfico y explotación del transporte aéreo». Como parte de las indagaciones iniciales, se están interrogando a militares y especialistas civiles, mientras se busca determinar las causas precisas del accidente.
Colaboración internacional
En el lugar del siniestro, situado en la región de Aktau, autoridades de Rusia, Azerbaiyán y Kazajstán trabajan en estrecha cooperación. La Fiscalía General de Azerbaiyán envió a dos de sus representantes a Grozni para colaborar con el Comité de Investigación y la Fiscalía Estatal de Rusia en las pesquisas.
El avión, un Embraer 190 que cubría la ruta entre Bakú y Grozni, llevaba a bordo a 62 pasajeros y cinco miembros de la tripulación. Los sobrevivientes, incluyendo nueve ciudadanos rusos, fueron trasladados en un vuelo especial del Ministerio de Situaciones de Emergencia de Rusia a hospitales en Moscú para recibir atención médica.
Según las autoridades locales en Mangystau, Kazajstán, los equipos de rescate han logrado identificar los cuerpos de diez víctimas, entre ellas tres ciudadanos rusos.
La tragedia ha puesto de manifiesto los desafíos de seguridad aérea en una región marcada por tensiones políticas y conflictos armados, mientras los países afectados redoblan esfuerzos para esclarecer los hechos y brindar apoyo a los sobrevivientes y las familias de las víctimas.
