Standard & Poor’s ratificó su confianza en la economía mexicana al mantener la calificación de su deuda soberana y su perspectiva en «Estable». Esta decisión respalda la gestión fiscal del país, aunque también subraya los retos económicos que enfrenta.
La agencia calificadora Standard & Poor’s (S&P) ratificó recientemente la calificación de la deuda soberana de México, manteniéndola en «BBB» para deuda en moneda extranjera y «BBB+» para deuda en moneda local. Además, S&P decidió conservar la perspectiva crediticia del país en «Estable«, a diferencia de otras agencias calificadoras que han mostrado mayor cautela respecto a la economía mexicana.
Esta decisión refleja la confianza de S&P en que México mantendrá una política fiscal disciplinada y estabilidad macroeconómica, a pesar de los retos globales y las presiones internas. En particular, la calificación «BBB» indica que la deuda mexicana está en un nivel de grado de inversión, lo que significa que se considera relativamente segura para los inversionistas internacionales.
¿Qué significa esto para México?
- Atractivo para inversores: Mantener una calificación de grado de inversión permite que el país acceda a financiamiento en condiciones más favorables, como tasas de interés más bajas. Esto beneficia tanto al gobierno como al sector privado.
- Confianza en la estabilidad: La perspectiva «Estable» indica que S&P no prevé cambios negativos en la calificación a corto plazo, lo que brinda certeza a los mercados financieros.
- Desafíos vigentes: A pesar de esta evaluación, México enfrenta retos significativos, como un bajo crecimiento económico y la necesidad de atraer más inversión extranjera directa.
El informe de S&P también señala que las finanzas públicas de México se benefician de una recaudación fiscal moderada y una deuda controlada en relación con el Producto Interno Bruto (PIB). Sin embargo, advierte sobre posibles riesgos asociados a la dependencia del petróleo y las tensiones comerciales internacionales.
Comparación con otras agencias calificadoras
Otras agencias, como Moody’s y Fitch Ratings, han adoptado una postura más conservadora en sus evaluaciones recientes, destacando preocupaciones sobre el crecimiento económico y las políticas públicas. En este contexto, la decisión de S&P de mantener la perspectiva «Estable» destaca como un voto de confianza relativo hacia la gestión económica del país.
Conclusión
La calificación otorgada por Standard & Poor’s representa un respiro para las finanzas de México, especialmente en un momento en que las economías emergentes enfrentan mayores desafíos. Sin embargo, también subraya la necesidad de mantener la disciplina fiscal y promover estrategias que impulsen el crecimiento económico sostenible.
Mantenerse en el radar de los inversionistas globales dependerá de cómo el gobierno mexicano gestione estos retos en los próximos años.