Mark Zuckerberg admite que sus fact-checkers tenían sesgos políticos y anuncia su reemplazo por Community Notes en EU

Mark Zuckerberg admite que sus fact-checkers tenían sesgos políticos y anuncia su reemplazo por Community Notes en EU

Mark Zuckerberg admitió que sus fact-checkers operaban con sesgos políticos que comprometían la libertad de expresión, por lo que retirará estos programas en los Estados Unidos y los sustituirá por Community Notes, el modelo de moderación utilizado por X (antes Twitter). Esta medida se toma medio año después de que el magnate tecnológico reconociera que el gobierno de Joe Biden lo presionó para censurar a los usuarios que publicaban comentarios sobre la pandemia, incluso aquellos que eran comentarios graciosos o de broma.

Además, la decisión llega después de años en los que el discurso sobre el combate a la desinformación fue impuesto en las plataformas digitales por gobiernos, medios de comunicación y organizaciones de fact-checkers, quienes lo utilizaron como un doble discurso para controlar y censurar a usuarios incómodos. Este patrón de censura fue ampliamente revelado por los Twitter Files en 2022, cuando se expuso que la plataforma, antes de ser adquirida por Elon Musk, fue cómplice de autoridades y agencias estadounidenses en la censura, bloqueo, creación de listas de usuarios y ocultación de temas incómodos, como el caso de Hunter Biden. Además, se evidenció cómo las plataformas promovieron agendas políticas, incluyendo las campañas a favor de intervenciones de Estados Unidos en países como Siria, Kuwait y Yemen.

Meta anunció hoy el fin de su programa de verificación de datos de terceros, dando paso a un modelo más abierto y participativo de gestión de contenido en sus plataformas, como Facebook, Instagram y Threads. En su lugar, la empresa implementará Community Notes (Notas Comunitarias), un sistema que permitirá a los usuarios colaborar en la moderación del contenido, empoderando a las comunidades para decidir cuándo es necesario añadir contexto a publicaciones potencialmente engañosas.

De acuerdo con Meta, este cambio es una respuesta a las crecientes críticas que han recibido sobre la censura excesiva que la compañía ha practicado en los últimos años. El corporativo explicó que el programa de verificación de datos, lanzado en 2016, comenzó con la intención de ofrecer información adicional sobre noticias virales, pero con el tiempo se desvió hacia la moderación de debates políticos legítimos. Mark Zuckerberg, CEO de Meta, reconoció que este enfoque se ha vuelto demasiado restrictivo, a menudo censurando contenido que no infringía las políticas de la plataforma.

En su discurso de 2019 en la Universidad de Georgetown, Zuckerberg defendió la libertad de expresión, afirmando que la censura, aunque bien intencionada, tiende a reforzar las estructuras de poder existentes. «Algunas personas creen que dar voz a más personas está generando división, pero creo que eso es peligroso», señaló en ese entonces, subrayando el riesgo de anteponer los resultados políticos a la libre expresión de todos.

Según Meta, el modelo de Community Notes busca corregir los errores del pasado, permitiendo que los usuarios califiquen el contexto de las publicaciones sin intervención directa de los fact-checkers que según Zuckerberg adquirieron sesogos político con el tiempo. Este sistema, que ha sido implementado con éxito en plataformas como X, se basará en la colaboración entre personas con perspectivas diversas para evitar la introducción de sesgos. Los usuarios tendrán la oportunidad de formar parte de esta nueva iniciativa registrándose en las plataformas de Meta y contribuyendo a la verificación del contenido.

La transición a este nuevo modelo también implica una disminución significativa de las restricciones sobre temas como la inmigración, la identidad de género y la política, que a menudo son objeto de debate en la sociedad. Meta asegura que la moderación se centrará en infracciones ilegales y de alta gravedad, como el terrorismo, la explotación sexual infantil y el fraude, mientras que los problemas menores se abordarán solo cuando los usuarios reporten incidencias.

Censura admitida

Zuckerberg también se ha referido a los excesos cometidos en la moderación de contenido durante la pandemia de COVID-19. En agosto de 2024, admitió que cedió a presiones externas, como las del gobierno de Joe Biden, para censurar ciertos contenidos. 

En una carta enviada al Comité Judicial de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, presidido por el republicano Jim Jordan, Mark Zuckerberg, CEO de Meta, reveló cómo la administración de Joe Biden ejerció presión sobre la compañía durante 2021. Según el documento, altos funcionarios del gobierno, incluida la Casa Blanca, insistieron repetidamente para que Meta censurara ciertos contenidos relacionados con el Covid-19, incluso aquellos de humor y sátira.

Zuckerberg reconoció que la presión fue incorrecta y lamenta no haber sido más transparente al respecto. «Nosotros elegimos qué contenido eliminar o conservar y somos responsables de esto. La presión del gobierno fue incorrecta y lamento que no hayamos sido más francos al respecto. Tomamos algunas decisiones que, con el beneficio de la retrospectiva, no tomaríamos hoy», afirmó en su misiva.

Bajo la premisa extendida por gobiernos, medios de comunicación y organizaciones de fact-checkers de que la desinformación era uno de los problemas más graves durante la crisis sanitaria, y las autoridades de varios países instaron a las grandes empresas tecnológicas a tomar medidas para frenar la propagación de contenidos considerados erróneos y peligrosos. Plataformas como Instagram y Facebook implementaron alertas a los usuarios que interactuaban con publicaciones sospechosas, mientras que Meta inició campañas para eliminar publicaciones que criticaban las vacunas o sugerían que el virus había sido creado en un laboratorio chino.

En ese contexto, Joe Biden, durante su campaña presidencial en 2020, acusó a Facebook de «matar gente» al facilitar la difusión de información errónea sobre el Covid-19. Jen Psaki, exsecretaria de prensa de la Casa Blanca, subrayó que los mecanismos de Meta no eran suficientes para frenar las estrategias de manipulación. «La permisividad de la compañía entorpecía los esfuerzos para salvar vidas», advirtió.

A pesar de la controversia, la Casa Blanca defendió sus acciones, asegurando que las empresas tecnológicas debían considerar el impacto de sus decisiones sobre la salud pública. «Creemos que las empresas tecnológicas deben tener en cuenta los efectos que sus acciones tienen sobre el pueblo estadounidense, al tiempo que toman decisiones independientes sobre la información que difunden», indicó el comunicado oficial.

Zuckerberg, por su parte, destacó la importancia de la libertad de expresión y la independencia editorial de los servicios de Meta. «Creo firmemente que no debemos comprometer nuestros estándares de contenido debido a la presión de una administración. Estamos listos para contraatacar si algo semejante vuelve a suceder», afirmó en su carta.

Este testimonio se presenta en un momento clave, a pocos meses de las elecciones presidenciales en Estados Unidos. De hecho, Zuckerberg también abordó en su misiva su involucramiento en las elecciones de 2020, cuando su fundación Chan Zuckerberg donó fondos para fortalecer la infraestructura electoral. Aunque estos donativos fueron diseñados como no partidistas, Zuckerberg reconoció que algunos creen que favorecieron a un partido más que al otro.

Censura y control

La revelación de los «Twitter Files», un conjunto de documentos internos de Twitter, hoy X, divulgados a finales de 2022 por Elon Musk, también ha puesto de manifiesto las tensiones entre plataformas tecnológicas y la censura de contenidos. Estos archivos revelaron cómo la compañía censuró ciertas informaciones bajo presión, especialmente en el contexto de la campaña presidencial de 2020. Aunque algunos críticos afirmaron que estos documentos demostraban un sesgo liberal en Twitter, otros subrayaron que las decisiones de moderación fueron tomadas de manera independiente por la compañía.

Los «Twitter Files» revelados por Matt Taibbi en diciembre de 2022 desvelaron una serie de prácticas internas dentro de la plataforma que alimentaron el debate sobre el sesgo y la moderación de contenido. En su preludio, Taibbi describió estos archivos como una «historia de Frankenstein» sobre el control de un mecanismo creado por humanos, que operaba en una de las plataformas de redes sociales más grandes e influyentes del mundo. A medida que profundizaba en los documentos, Taibbi destacó que, aunque las solicitudes externas de moderación de ambos partidos políticos fueron recibidas y respetadas, una base de empleados predominantemente de izquierda facilitó un sesgo hacia la tendencia izquierdista.

La primera entrega de los Archivos trató la controvertida moderación de un artículo del New York Post sobre la computadora portátil de Hunter Biden, donde Twitter, junto con Facebook, bloqueó a los usuarios de compartir el enlace de la historia. Twitter suspendió temporalmente la cuenta del New York Post y otras asociadas, alegando violaciones de sus políticas sobre contenidos pirateados, un movimiento que fue criticado por algunos miembros de la administración Trump y sectores conservadores. Taibbi señaló que, aunque se había especulado sobre la intervención del FBI, no encontró evidencia de su participación directa en la moderación de la historia. Sin embargo, las comunicaciones internas entre los ejecutivos de Twitter revelaron que la moderación del contenido se basó en preocupaciones relacionadas con la seguridad electoral y posibles hackeos, en un contexto sensible previo a las elecciones presidenciales de 2020.

La segunda entrega, publicada por Bari Weiss, se centró en el «filtrado de visibilidad», también conocido como «shadow banning» (prohibición en la sombra), una práctica de moderación utilizada para limitar el alcance de tuits sin eliminarlos. El análisis de Weiss mostró cómo cuentas de personajes prominentes, incluidos algunos opositores a las políticas de COVID-19, fueron etiquetadas con términos como «Lista negra de tendencias» o «No amplificar», sugiriendo un sesgo político en el filtrado de visibilidad.

En las entregas posteriores, se abordaron eventos significativos, como la suspensión de la cuenta de Donald Trump tras el ataque al Capitolio de los Estados Unidos en enero de 2021. La moderación de los tuits de Trump fue un tema central, ya que la empresa no tenía una política clara para abordar la «glorificación de la violencia», lo que dio lugar a una rápida suspensión de su cuenta. La controversia sobre la reacción de Twitter a los eventos del 6 de enero y la presión interna para aprobar una política que permitiera la suspensión de cuentas de alto perfil como la de Trump, reveló las tensiones dentro de la empresa sobre la moderación de contenido político.

Comunicaciones del FBI con el equipo de confianza y seguridad de Twitter
La sexta entrega, publicada por Matt Taibbi el 16 de diciembre de 2022, detalló cómo el FBI denunció varias cuentas al Equipo de Confianza y Seguridad de Twitter, acusándolas de difundir desinformación electoral. Estas cuentas, según Taibbi, eran en su mayoría de usuarios con pocos seguidores y se dedicaban a tuits satíricos, como el de Claire Foster, quien escribió: «Soy una contadora de votos en mi estado. Si no llevas mascarilla, no cuento tu voto. #seguridadprimero» y «Por cada comentario negativo en esta publicación, estoy añadiendo otro voto para los demócratas». A pesar de las denuncias, Twitter no siempre tomó medidas contra los tuits o las cuentas reportadas. Un miembro de alto rango de la empresa describió la relación con el FBI como una «sincronización entre el gobierno y la industria» debido a la frecuencia de los correos electrónicos y las reuniones.

La séptima entrega, publicada por Michael Shellenberger el 19 de diciembre de 2022, abordó la intervención del FBI en la moderación de la historia de la computadora portátil de Hunter Biden. Shellenberger reveló que las advertencias del FBI y del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) sobre una posible interferencia extranjera en las elecciones presidenciales de 2020 influyeron en las decisiones de Twitter de moderar dicha historia. El director de seguridad de Twitter, Yoel Roth, expresó en una discusión interna que debido a los «GRAVES riesgos» y «las lecciones de 2016», Twitter debía aplicar una advertencia a la historia para evitar que «se amplifique». Además, Shellenberger presentó un correo electrónico de 2021 en el que se confirmaba que Twitter había recibido más de tres millones de dólares de un programa de 2019 del FBI para procesar las solicitudes relacionadas con la moderación de contenidos. Elon Musk tuiteó que este pago era evidencia de que el gobierno de EU sobornó a Twitter para censurar información, aunque expertos en seguridad, como Alex Stamos, negaron cualquier vínculo entre los pagos y la moderación de contenido.

Relación con el Gobierno de Estados Unidos
La octava entrega, publicada por Lee Fang el 20 de diciembre de 2022, reveló que Twitter incluyó en la lista blanca las cuentas vinculadas al Comando Central de los Estados Unidos (CENTCOM), utilizadas para ejecutar campañas de influencia en línea en países como Yemen, Siria y Kuwait. Estas cuentas, que no identificaron su afiliación militar, fueron protegidas de ser marcadas por las políticas de moderación de la plataforma.

El noveno tramo de los «Twitter Files«, presentado por Matt Taibbi, expuso la supuesta participación de la CIA y el FBI en la moderación de contenidos en Twitter, un tema que generó un intenso debate sobre la colaboración entre las plataformas tecnológicas y agencias gubernamentales.

Moderación de contenidos sobre la COVID-19
La décima entrega, publicada el 26 de diciembre de 2022 por David Zweig, alegó que el gobierno de EU tuvo un papel crucial en la moderación de contenidos sobre la COVID-19 en Twitter. Según Zweig, el gobierno presionó a Twitter para eliminar publicaciones que contradecían las posturas oficiales sobre la pandemia.

Cuadro de mandos del Hamilton 68  El 27 de enero de 2023, Taibbi publicó la decimoquinta entrega, que se centró en el Tablero de Hamilton 68, un proyecto dirigido por la Alianza para Asegurar la Democracia (ASD). Este tablero era utilizado para rastrear la actividad de los bots rusos en las redes sociales, aunque investigaciones recientes sugieren que se utilizaron datos de forma inadecuada.

Las revelaciones generaron diversas reacciones políticas y jurídicas. Líderes republicanos defendieron el informe de Taibbi, mientras que figuras demócratas, como Ro Khanna, reconocieron la autenticidad de su correspondencia con Twitter y criticaron la supresión de contenido. Donald Trump usó las revelaciones como evidencia de manipulación electoral, lo que provocó una condena del subsecretario de prensa de la Casa Blanca. Mientras tanto, el FBI respondió a las acusaciones, defendiendo su práctica habitual de proporcionar información crítica a las empresas del sector privado.

 

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