Acompañada de su gabinete y miembros del Congreso local, la mandataria explicó que el modelo contempla la prohibición de la muerte del toro dentro y fuera de la plaza de toros. Según los detalles presentados, una vez concluido el espectáculo, el toro debería ser devuelto a su ganadería. Además, se establece una restricción en el uso de objetos punzantes como banderillas y espadas, permitiendo solo el uso del capote y la muleta.
El proyecto también contempla medidas para reducir el tiempo de la corrida a 10 minutos por toro y un máximo de 30 minutos por espectáculo. Según Brugada, esta iniciativa busca equilibrar los derechos de los animales con la preservación de los empleos en la industria taurina, un tema que ha generado controversia entre los sectores involucrados.
La mandataria afirmó que este enfoque posicionará a la Ciudad de México como un referente en la protección de los derechos de los animales, destacando que la capital es la entidad más defensora de los animales en el país. También señaló que la legislación debe evolucionar conforme a los principios establecidos en la Constitución, que prohíbe el maltrato animal y obliga al Estado mexicano a garantizar su protección.
En este sentido, la propuesta se encuentra en medio de un debate legislativo en el Congreso de la Ciudad de México, donde diferentes sectores, incluidos organizaciones protectoras de animales, promotores de la tauromaquia, y representantes del empleo en la industria taurina, están en conversaciones para lograr un consenso sobre la nueva regulación.