A 17 años del famoso enfrentamiento entre emos y punketos, un grupo de seguidores del movimiento emo se reunió en el Palacio de Bellas Artes para conmemorar el icónico evento que marcó la historia de las tribus urbanas en México.
A 17 años del icónico enfrentamiento entre emos y punketos, un grupo de seguidores del movimiento emo se reunió el pasado 15 de marzo de 2025 en el Palacio de Bellas Artes para conmemorar el evento que marcó la historia de las tribus urbanas en México. La cita no fue para revivir la violencia, sino para compartir la nostalgia y la esencia de un movimiento que alcanzó gran popularidad a inicios de los 2000.
Decenas de personas, ataviadas con el característico estilo emo —pantalones entallados, camisetas de bandas de rock, zapatillas Converse o Vans y peinados con largos flequillos— se congregaron en el emblemático lugar, para participar en una “batalla campal” amistosa, recordando la célebre pelea que se hizo viral en las redes sociales en 2008.
Video: TikTok/@crisrt91
El enfrentamiento original, ocurrido el 15 de marzo de 2008, surgió tras la convocatoria de un grupo en redes sociales que convocó a una disputa violenta entre punks y emos, quienes en ese entonces eran vistos como antagonistas ideológicos y de estilo. Los punks acusaban a los emos de copiar su estilo, mientras que los emos defendían su identidad como una tribu urbana original y diferente.
El evento tuvo lugar en la Glorieta de Insurgentes, donde los punks llegaron supuestamente para agredir a los emos, quienes ya se encontraban en el lugar para defender sus intereses. Fue necesaria la intervención de más de 100 elementos de la policía para intentar dispersar la multitud, pero fue un grupo de Hare Krishna el que finalmente logró desviar la atención y poner fin al conflicto.
El movimiento emo, cuyo origen remonta a los 1980s en Estados Unidos, adquirió notoriedad en la década de los 2000 con una estética influenciada por el punk, el gótico, el grunge, el rockabilly y el skateboard. Aunque el movimiento experimentó un declive en la década de 2010, a principios de los 2020s regresó con fuerza, impulsado por la nostalgia y las nuevas tecnologías.
Este renacimiento no solo revivió los elementos estéticos del pasado, sino también la cultura que caracterizó a toda una generación. Hoy en día, el estilo emo sigue asociado a un carácter emotivo, sensible e introvertido, reflejando las emociones de los adolescentes y jóvenes adultos de la época.
Este evento en el Palacio de Bellas Artes no solo fue una celebración de la nostalgia emo, sino también una muestra de cómo las tribus urbanas continúan dejando su huella en la cultura juvenil del siglo XXI.
