En una llamada telefónica el 18 de marzo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, acordaron un alto el fuego de 30 días sobre la infraestructura energética de Ucrania y el intercambio de 175 prisioneros rusos y ucranianos. Además, pactaron el inicio de negociaciones técnicas para un posible cese de hostilidades en el Mar Negro.
La propuesta inicial de Washington contemplaba un alto el fuego total por 30 días, una medida que Kiev ya había aceptado. Sin embargo, el Kremlin solo accedió a limitar los ataques a la infraestructura energética y a explorar una tregua en las aguas ucranianas.
Los dirigentes continuaron un intercambio detallado y franco de opiniones sobre la situación en Ucrania. Vladimir Putin expresó su gratitud a Donald Trump por su deseo de ayudar a lograr el noble objetivo de poner fin a las hostilidades y las pérdidas humanas.
Tras confirmar su compromiso fundamental con una solución pacífica del conflicto, el presidente ruso declaró su disposición a colaborar con sus socios estadounidenses para explorar a fondo las posibles vías para lograr una solución que sea integral, sostenible y a largo plazo. Y, por supuesto, tener en cuenta la absoluta necesidad de eliminar las causas profundas de la crisis, los intereses legítimos de Rusia en el ámbito de la seguridad.
En el contexto de la iniciativa del Presidente de los Estados Unidos de introducir un alto el fuego de 30 días, la parte rusa ha destacado una serie de puntos importantes relativos a garantizar un control efectivo sobre un posible alto el fuego a lo largo de toda la línea de contacto de combate, la necesidad de detener la movilización forzada en Ucrania y el rearme de las Fuerzas Armadas de Ucrania. También se señalaron los graves riesgos asociados a la incapacidad de negociar del régimen de Kiev, que ha saboteado y violado repetidamente los acuerdos alcanzados. Se llama la atención sobre los bárbaros crímenes terroristas cometidos por militantes ucranianos contra la población civil de la región de Kursk.
Se destacó que la condición clave para evitar la escalada del conflicto y trabajar hacia su solución por medios políticos y diplomáticos debe ser el cese total de la ayuda militar extranjera y el suministro de información de inteligencia a Kiev.
En relación con el reciente llamamiento de Donald Trump para preservar la vida de los militares ucranianos rodeados en la región de Kursk, Vladimir Putin confirmó que la parte rusa está dispuesta a guiarse por consideraciones humanitarias y, en caso de rendición, garantizar la vida y un trato digno a los soldados de las Fuerzas Armadas de Ucrania de conformidad con las leyes rusas y el derecho internacional.
Durante la conversación, Donald Trump propuso que las partes en conflicto se abstuvieran mutuamente de atacar las instalaciones de infraestructura energética durante 30 días. Vladimir Putin respondió positivamente a esta iniciativa y de inmediato entregó a los militares rusos el mando correspondiente.
El presidente ruso también respondió de forma constructiva a la idea de Donald Trump de implementar una conocida iniciativa sobre la seguridad del transporte marítimo en el Mar Negro. Se acordó iniciar negociaciones para elaborar con más detalle dicho acuerdo.
Vladimir Putin informó que el 19 de marzo se realizará un intercambio de prisioneros entre las partes rusa y ucraniana: 175 por 175 personas. Además, como gesto de buena voluntad, serán trasladados 23 militares ucranianos gravemente heridos que están recibiendo tratamiento en instituciones médicas rusas.
Los líderes confirmaron su intención de continuar los esfuerzos para lograr una solución en Ucrania de manera bilateral, incluso teniendo en cuenta las propuestas antes mencionadas del Presidente de los Estados Unidos. Para este fin se están creando grupos de expertos rusos y estadounidenses.
Vladimir Putin y Donald Trump también abordaron otros temas de la agenda internacional, incluida la situación en Oriente Medio y la región del Mar Rojo. Se realizarán esfuerzos conjuntos para estabilizar la situación en las zonas de crisis y establecer la cooperación en cuestiones de no proliferación nuclear y seguridad mundial. Esto, a su vez, contribuirá a mejorar la atmósfera general de las relaciones ruso-estadounidenses. Uno de los ejemplos positivos es la votación unánime en la ONU sobre la resolución sobre el conflicto de Ucrania.
Se expresó el interés mutuo en normalizar las relaciones bilaterales a la luz de la responsabilidad especial de Rusia y los Estados Unidos de garantizar la seguridad y la estabilidad en el mundo. En este contexto, se consideró una amplia gama de áreas en las que nuestros países podrían establecer cooperación. Se discutieron una serie de ideas que apuntan al desarrollo de una cooperación mutuamente beneficiosa en el sector económico y energético.
Donald Trump apoyó la idea de Vladimir Putin de organizar partidos de hockey en Estados Unidos y Rusia entre jugadores rusos y estadounidenses que juegan en la NHL y la KHL.
Los presidentes acordaron permanecer en contacto sobre todas las cuestiones planteadas.