Banxico advierte creciente riesgo de recesión en México por debilitamiento económico

Banxico advierte creciente riesgo de recesión en México por debilitamiento económico

La economía mexicana muestra señales crecientes de debilitamiento y la posibilidad de que entre en recesión ha ganado fuerza, advirtió el Banco de México en la minuta de su más reciente decisión de política monetaria. Según el análisis de la Junta de Gobierno, la contracción del PIB al cierre de 2024, la caída del consumo y la inversión, así como el enfriamiento del mercado laboral, perfilan un panorama adverso que podría marcar el inicio de una fase recesiva.

El Banco de México (Banxico) advirtió que la economía nacional muestra signos crecientes de debilidad y que la probabilidad de que el país entre en recesión ha aumentado. Así lo estableció la Junta de Gobierno en la minuta de su más reciente decisión de política monetaria, correspondiente a la reunión del 26 de marzo, en la que se acordó recortar la tasa de interés interbancaria en 50 puntos base, ubicándola en 9.00%.

«La mayoría mencionó que se prevé que la actividad económica continúe mostrando debilidad hacia delante […] Algunos advirtieron que la probabilidad de que México esté entrando en una recesión ha aumentado», señaló la minuta de la reunión de la Junta de Banxico del 27 de marzo.

Durante la sesión, los cinco miembros del órgano rector coincidieron en que el crecimiento económico se ha desacelerado de forma sostenida. En el cuarto trimestre de 2024, el Producto Interno Bruto (PIB) registró una contracción derivada de caídas en las actividades primarias y secundarias, mientras que el sector servicios perdió dinamismo. El crecimiento anual fue de apenas 1.5%, menos de la mitad del observado en los dos años anteriores.

«Todos observaron que la actividad económica nacional ha continuado desacelerándose. En particular, la mayoría hizo notar que durante el cuarto trimestre de 2024 la actividad económica se contrajo. Apuntó que la contracción fue reflejo de reducciones en las actividades primarias y secundarias, mientras que las terciarias se desaceleraron. Uno resaltó que en 2024 en su conjunto la economía creció 1.5%, menos de la mitad de lo observado en los dos años previos. Otro enfatizó que la pérdida de dinamismo fue extensiva entre sectores. Uno observó que los componentes del PIB por el lado del gasto en el cuarto trimestre confirman una debilidad de la economía interna en todas sus vertientes», menciona el documento.

La tendencia negativa se extendió a los primeros meses de 2025. Datos del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) mostraron dos meses consecutivos con variaciones negativas, y la estimación oportuna para febrero sugiere una nueva contracción. Banxico destacó que la pérdida de impulso económico es extensiva a todos los sectores productivos.

Además del bajo crecimiento, el banco central subrayó que tanto el consumo como la inversión mostraron señales de enfriamiento. El consumo interno se contrajo por primera vez después de 17 trimestres al alza, y la inversión suma varios meses con tasas negativas. A ello se suman indicios de debilitamiento en el mercado laboral formal y una menor generación de empleos registrados ante el IMSS.

“Algunos miembros advirtieron que la probabilidad de que México esté entrando en una recesión ha aumentado”, señala el documento. Aunque no se ha confirmado un escenario recesivo, los integrantes de la Junta reconocieron que la brecha del producto es negativa y que el balance de riesgos para el crecimiento está claramente sesgado a la baja.

El panorama se complica con el incremento de tensiones comerciales, particularmente las medidas arancelarias impulsadas por Estados Unidos, que podrían mermar aún más la demanda externa mexicana. Dado que alrededor del 80% de las exportaciones del país se dirigen al mercado estadounidense, cualquier perturbación comercial tendría un impacto significativo sobre la actividad nacional.

A pesar del avance en la reducción de la inflación, que se ha estabilizado en niveles cercanos al 3.6%, Banxico advirtió que el proceso desinflacionario podría estancarse si persiste la incertidumbre externa. En este contexto, la institución decidió flexibilizar ligeramente su política monetaria sin abandonar su postura restrictiva.

La Junta de Gobierno dejó abierta la posibilidad de aplicar nuevos recortes graduales a la tasa de referencia, siempre que las condiciones inflacionarias y macroeconómicas lo permitan. No obstante, reconoció que el espacio para maniobrar es limitado y que será crucial monitorear los efectos de la debilidad económica sobre la trayectoria de los precios.