Mario Marín Torres, exgobernador de Puebla, fue reingresado al Centro Federal de Readaptación Social (CEFERESO) Número 1, conocido como Altiplano, luego de que un tribunal revocara la medida de prisión domiciliaria que le había sido concedida en agosto de 2024.
La Fiscalía General de la República (FGR), a través de la Fiscalía Especial en Materia de Derechos Humanos (FEMDH), logró la revocación de la medida cautelar que mantenía a Marín bajo prisión domiciliaria con brazalete electrónico. El fallo fue emitido por el Tribunal Colegiado de Apelación del Vigésimo Séptimo Circuito, con sede en Cancún, Quintana Roo.
El exgobernador, acusado de tortura contra la periodista Lydia Cacho, fue trasladado al penal mediante un operativo de seguridad. Agentes de la Guardia Nacional (GN) y de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) acudieron a su domicilio en Xilotzingo, Puebla, para notificarle la revocación de la medida y proceder con su reingreso al penal federal.
Mario Marín regresa al Altiplano
El exgobernador de #Puebla, Mario Marín, ha sido trasladado nuevamente al penal del Altiplano, en el Estado de México, para continuar con su proceso judicial por el caso de tortura contra la periodista Lydia Cacho. pic.twitter.com/KIqwVNRT7W
— Sin Filtros (@sinfiltroshola) April 3, 2025
Según el Tribunal, la resolución que le había otorgado la prisión domiciliaria carecía de fundamentación adecuada, no valoró los riesgos procesales, ni consideró la posibilidad de fuga ni la gravedad de los hechos imputados. Por ello, se determinó que debía ser trasladado nuevamente a un penal de máxima seguridad.
El Ministerio Público Federal (MPF) destacó la relevancia del caso debido a que se trata de un delito de tortura cometido contra una periodista en el ejercicio de su libertad de expresión, en un contexto de uso ilegítimo de las instituciones del Estado para reprimir el derecho a la información.
El caso Lydia Cacho y la red de protección a la pederastia
La periodista y activista Lydia Cacho fue detenida en 2005, tras la publicación de su libro «Los demonios del Edén», donde denunció una red de pederastia vinculada con el empresario Kamel Nacif y el entonces gobernador Mario Marín Torres. Fue trasladada ilegalmente de Cancún a Puebla, donde fue sometida a tortura y tratos degradantes.
En 2019, el Estado mexicano reconoció la responsabilidad del gobierno en su secuestro y tortura, ofreciendo disculpas públicas. Ese mismo año, la FGR giró órdenes de aprehensión contra Marín, Kamel Nacif y otros involucrados. Marín fue detenido en Acapulco en 2021, mientras que Kamel Nacif fue capturado en Líbano en 2021, aunque posteriormente fue liberado por un tribunal.
El caso sigue siendo emblemático de la impunidad en México, donde el país es considerado el más peligroso para periodistas según Reporteros Sin Fronteras (RSF). La periodista ha debido vivir en el exilio tras reiteradas amenazas de muerte.
Con el reingreso de Mario Marín al penal del Altiplano, la FGR reafirma su compromiso con la justicia en casos de violaciones a derechos humanos y crímenes contra la libertad de expresión.
«Hoy martes 2 de abril de 2025 acabamos de ganar una apelación ante el juzgado para que el exgobernador que me mandó torturar Mario Marín se ha devuelto al penal de alta seguridad del altiplano. Al mismo tiempo Kamel Nacif Borge está en Puebla y están haciendo negociaciones políticas para intentar liberar al gobernador de las acusaciones por tortura. Sus vínculos con los políticos tanto de Morena como de otros partidos siguen estando vigentes.
«Dos de los tres jueces aseguraron en esta nueva sentencia que que Mario Marín es un preso peligroso efectivamente y que debe estar en el penal de alta seguridad. Debemos recordar que antes en la cárcel de Cancún creó una red de corrupción al interior y por eso tuvieron que llevárselo al penal de alta seguridad. Imaginen lo que está haciendo hoy en su casa en Puebla con los vínculos políticos que tiene. Así que hemos ganado y vamos a seguir dando la batalla 20 años después», dijo la periodista Lidia Cacho en un video que difundió en redes sociales.