A lo largo de la jornada, que transcurrió con relativa calma, más de 13 millones de ecuatorianos fueron convocados a votar. Los resultados iniciales, publicados cerca de las 18:00 horas locales, ya mostraban una tendencia favorable para Noboa, quien obtenía el 57,16% de los votos con un 12% de los escrutinios realizados, mientras González lograba el 42,8%.
Cuatro de cada diez ecuatorianos mencionaron la seguridad como su principal inquietud, una cifra similar a la de 2023. La violencia exacerbada por las bandas criminales, junto al asesinato del candidato Fernando Villavicencio semanas antes de las elecciones pasadas, favoreció, según expertos, la candidatura de Noboa, quien centró su campaña en la promesa de una «mano dura» contra el crimen.
El contexto económico, marcado por una fragilidad en las finanzas del país, también ha jugado un papel crucial. Noboa, de 37 años, ha propuesto un modelo de Estado reducido con alianzas estratégicas con el sector privado. En contraposición, González, de 47 años, ha planteado un retorno a un Estado más intervencionista, con un aumento en el gasto público, créditos estatales, reformas institucionales y una política migratoria alineada con el régimen de Nicolás Maduro.
A lo largo de la jornada electoral, el Gobierno de Noboa adoptó medidas de seguridad excepcionales ante la violencia de las bandas narco, declarando el estado de excepción en siete provincias y en el sistema penitenciario. El Ejército ecuatoriano también desplegó un dispositivo de seguridad en los principales pasos fronterizos con Colombia y Perú para evitar alteraciones en el proceso.
Con la participación ciudadana superando el 83%, el pueblo ecuatoriano ha dejado claro que la seguridad y la estabilidad económica serán factores determinantes para el futuro político del país.