Científicos de la Universidad de Cádiz, y varios países de la Unión Europea, crearon el mapa satelital de basura marítima más completo del mundo con ayuda del satélite Sentinel-2, que les permitió crear 300 mil imágenes de manchas de basura en el mar Mediterráneo, a una resolución espacial de 10 metros.
La Universidad de Cádiz coordina un proyecto de monitoreo de basura marítima en el mar Mediterráneo, a través del satélite Sentinel-2 de la Unión Europea (UE), que ya logró detectar un patrón en la conformación de manchas de basura plástica.
Andrés Cortázar, investigador del Departamento de Biología y Manuel Arias, del Instituto Ciencias del Mar del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de Barcelona, dirigen el proyecto financiado por la Agencia Espacial Europea (ESA), en el que también participan multinacionales del sector espacial e institutos de investigación de seis países.
El plástico que abunda en la superficie de los mares relacionado con el mal manejo de los desechos domésticos, ha sido difícil de detectar con las herramientas actuales, debido a que se necesita que grandes cantidades de basura plástica se aglomeren y formen manchas de varias decenas de metros de extensión, para poder ser monitoreados desde los satélites, que en la actualidad, no están diseñados para realizar imágenes de basura en el mar.
De acuerdo con la Universidad de Cádiz, estas manchas son llamadas regueros y suelen tener forma de filamentos debido a que son moldeadas por las corrientes marítimas. Cuando los científicos detectan un reguero, existen indicios de alta contaminación en la zona. Estas agrupaciones de basura suelen ser efímeras. Su corta duración dificulta la tarea de mapearlos, o de identificar tendencias a lo largo del tiempo.
Durante seis años, el equipo de investigadores utilizó el satélite Sentinel-2 del Programa Copernicus de la UE, para realizar 300 mil imágenes de los regueros en el mar Mediterráneo. Los científicos monitorearon la basura marítima cada tres días y obtuvieron imágenes a una resolución espacial de 10 metros.
La investigación pudo ser agilizada con ayuda de hardware y algoritmos avanzados de búsqueda que permitieron la automatización. El resultado fue el mapa de contaminación por basura marítima más completo en la actualidad.
“Las detecciones de basura con un satélite no especializado han permitido identificar las zonas con mayor contaminación del Mediterráneo y saber cómo cambian cada semana y a lo largo de los años”, indicó Andrés Cortázar a la Universidad de Cádiz.
Los científicos han encontrado que los regueros están asociados a emisiones de basura que tiene lugar desde tierra en días anteriores a su formación. Andrés Cortázar señaló que el monitoreo sería aún más eficiente si se lograra poner en órbita un sensor diseñado para detectar plástico en el mar, ya que el que utilizaron no está especializado en esa tarea.
“Hay todavía aspectos mejorables. El sensor utilizado en esta prueba no fue ideado para detectar plástico. La capacidad de detección mejoraría enormemente si decidimos poner en órbita un sensor específicamente diseñado para el plástico”, indicó el investigador.