El arresto de Pavel Durov, CEO de Telegram, se llevó a cabo en medio de una ambiciosa agenda de Emmanuel Macron por regular el Internet y extinguir la autonomía de las empresas tecnológicas. La mala reputación del servicio de mensajería del empresario ruso favorece a Olvid, su competidor directo en Francia.
Tras la detención de Pavel Durov, CEO de Telegram, este sábado en París, el presidente francés, Emmanuel Macron, aseguró que el arresto no tiene implicaciones políticas y que el proceso se lleva a cabo en el marco de una investigación en curso.
«La detención del presidente de Telegram en suelo francés se produjo en el marco de una investigación judicial en curso. No se trata en ningún caso de una decisión política. Corresponde a los jueces decidir al respecto», afirmó el primer mandatario francés.
A pesar de que Macron intenta desmarcarse políticamente del caso, su gobierno ha observado una tendencia a la sobrerregulación de Internet, que situaría al servicio de cifrado de Pavel Durov en uno de sus objetivos, además de que ha intentado promover el empleo del servicio de mensajería francés Olvid, que aseguran sus colaboradores, es más seguro que Whatsapp, Signal o Telegram, pero sin aportar pruebas.
REGULAR LA ENCRIPTACIÓN
La Francia de Macron no ha sido la más abierta en temas de libertad de expresión. En 2020, el parlamento francés aprobó la «Ley para Combatir el Odio en Internet», conocida como «Ley Avia», que fue impulsada por el partido La République En Marche! (LREM). Esta iniciativa fue declarada inconstitucional debido a las críticas que recibió por sus definiciones amplias sobre el discurso de odio, que podrían incurrir en censura.
La interpretación del discurso de odio fue fundamental en las primeras acusaciones esgrimidas desde la esfera política de Francia en contra de Telegram. Esas acusaciones comparten un marco interpretativo con la restrictiva «Ley Avia». Laetitia Avia es una abogada miembro de LREM que es parte de la Asamblea Nacional por el Distrito 8.
En 2022, Avia calificó a Telegram como una aplicación donde se difunde odio sin moderación. Según la abogada, Telegram debía dejar de ser considerado un servicio privado y pasar a formar parte de la comunicación pública. Sin embargo, Pavel Durov se ha negado a colaborar con las autoridades para permitir que impongan medidas de moderación en su plataforma a partir de sus propias interpretaciones.
Le Monde calificó a Telegram como “la aplicación de los yihadistas” y un «nido de contenido de odio, terroristas y de pornografía infantil». Asimismo, el medio francés afirmó que la aplicación de Durov había facilitado la difusión de desinformación durante el conflicto en Ucrania, entre otras acusaciones.
La regulación de los servicios de encriptación ha sido parte de la agenda de diversos gobiernos europeos en los últimos años, ponderando la vigilancia de presuntas actividades criminales sobre el derecho a la privacidad de los usuarios. En 2023, el Gobierno del Reino Unido intentó obligar a los servicios de mensajería a crear «puertas traseras» para permitir que las autoridades vigilaran y decodificaran los mensajes de los usuarios.
A pesar de que existe una tendencia en Europa por terminar con la privacidad absoluta en los servicios de mensajería, han surgido casos contradictorios. En febrero, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) falló a favor de un usuario de Telegram para impugnar una ley rusa que permite a los servicios de seguridad solicitar las claves de cifrado y acceder a los mensajes de los usuarios.
Telegram se había negado a cumplir con la solicitud de las autoridades rusas al considerar que violaban las libertades de los usuarios ya que las claves requeridas eran generales y permitían la decodificación de todos los mensajes de los usuarios, no solo del sujeto sospechoso.
El TEDH concluyó que la ley rusa “que permite a las autoridades acceder, de manera generalizada y sin garantías suficientes, al contenido de las comunicaciones electrónicas, está en contradicción con la esencia misma del derecho a la vida privada”. Ahora, Pavel Durov enfrenta acusaciones en Francia por negarse de la misma manera a permitir la intervención de las autoridades francesas en Telegram.
La detención de Durov tuvo lugar en un momento en que el Gobierno de Macron tiene una ambiciosa agenda para regular el Internet y acabar con la autonomía de las empresas tecnológicas, e incluso el anonimato en la Red.
Los ataques terroristas han sido justificaciones frecuentes para impulsar una agenda para la regulación del cifrado. El Reino Unido, Francia y Alemania son los países de Europa más interesados en que se implementen “puertas traseras” para permitir el acceso a las autoridades a comunicaciones encriptadas.
Macron y los legisladores de su partido, Renacimiento, han realizado varias propuestas para regular el Internet. “La irrupción de las nuevas tecnologías trastoca nuestros referentes”, dijo el presidente francés a principios de año.
Entre las iniciativas propuestas en Francia destacan una ley para regular a los influencers y otra para establecer la mayoría de edad digital a partir de los 15 años. También se propuso la Ley de Regulación del Espacio Digital, con la que se busca reforzar la seguridad digital en Francia y controlar las agresiones realizadas desde el anonimato, por lo que se proponía que cada cuenta de usuario fuera identificada. Otra de las sanciones propuestas busca erradicar las amenazas contra políticos y restringir las criptomonedas.
Esta iniciativa se alinea con las nuevas normativa europeas entre las que se encuentran la Ley de Mercados Digitales y la Ley de Servicios Digitales que tienen por objetivo erradicar la autorregulación de las empresas tecnológicas para dar paso a una nueva era en la que el espacio digital sea completamente regulado.
CAMINO LIBRE PARA LA APP FRANCESA
La mala reputación de Telegram en Francia resulta beneficiosa para su competidor Olvid, un servicio de mensajería francés que surgió en el año 2018 y promete ser el más seguro del mundo, incluso por encima de Signal, que ha sido promovido sobre todo por activistas de derechos digitales, como el servicio de encriptación más especializado en la actualidad.
Jean-Noël Barrot, exministro de Digitalización de Francia, y actual Secretario de Estado para Asuntos Europeos, es uno de los principales promotores de la aplicación desde la esfera política francesa.
En 2023, Barrot publicó un mensaje en redes sociales en el que afirmó que Olvid es la aplicación de mensajería «más segura del mundo» y que está certificado por la Agencia Nacional de Seguridad de Sistemas de Información (ANSSI, por sus siglas en francés). El funcionario estimó que para diciembre de ese año todo el Gobierno francés utilizaría Olvid.
A finales de noviembre de 2023, Le Monde publicó que el gobierno exigió a sus ministros y miembros del Gabinete local que cerraran sus cuentas en los servicios de mensajería que tuviesen y solo utilizaran el servicio francés Olvid. “Para garantizar la seguridad de las conversaciones y de la información compartida”, justificó la administración.
En el comunicado enviado a los trabajadores del Gobierno por la exprimera ministra, Élisabeth Born, señaló que tanto Whatsapp, como Telegram y Signal «no están exentas de fallos de seguridad y, por lo tanto, no pueden garantizar la seguridad de las conversaciones y la información compartida a través de ellas».
La promoción que el Gobierno de Francia ha hecho sobre Olvid ha sido calificada como engañosa por los directivos de las compañías señaladas por como inseguras. Meredith Whittaker, directiva de Signal, externó su preocupación por la acusación del Gobierno francés respecto a presuntos fallos de seguridad que tendría su aplicación. «Esta afirmación no está respaldada por ninguna prueba y es peligrosamente engañosa, sobre todo viniendo del Gobierno», dijo la ejecutiva.