En el segundo debate de la contienda presidencal en los Estados Unidos, Donald Trump ya no tuvo tan fácil la batalla debido a la capacidad de Kamala Harris para exponer sus puntos débiles.
El expresidente Donald Trump y la vicepresidenta Kamala Harris se enfrentaron en el segundo debate por la presidencia de los Estados Unidos, y discutieron sobre el aborto, la inflación, la migración, el fracking, los conflictos armados en Ucrania y Gaza y otros temas.
Se trató del primer encuentro -y probablemente el único- entre la candidata demócrata y el magnate republicano. A diferencia del primer debate, en el que Trump se enfrentó al presidente Joe Biden, no le resultó tan sencillo salir bien librado de las constantes acusaciones de Kamala Harris.
Donald Trump dedicó una parte importante de su tiempo a responder a los señalamientos de la vicepresidenta y a sostener que durante el gobierno del presidente Joe Biden han empeorado problemáticas relacionadas con la migración, la economía y la falta de mediación en conflictos externos.
Durante el evento, el candidato republicano negó que estuviera a favor de la prohibición del aborto, como señaló Harris, quien prometió que de ganar la presidencia, promovería acciones para que volviera a estar vigente la legislación para garantizar la interrupción del embarazo.
Harris también señaló que ha impulsado medidas para perseguir a los grupos que se dedican al tráfico de drogas y estaría dispuesta a impulsar una ley para enfrentar el flujo de fentanilo, con el fin de facultar al Estado para juzgar a los traficantes.
Trump se manifestó en contra de las políticas migratorias permisivas. Según el republicano, es una vergüenza que se permita el ingreso de inmigrantes a los Estados Unidos. Un tema clave en sus campañas anteriores y con el que el magnate ha despertado el interés de los grupos conservadores y anti-inmigrantes estadounidenses.
El expresidente mostró incomodidad cuando Kamala recordó que sus excolaboradores han hecho declaraciones negativas sobre él. Trump respondió que la mayor parte de excolaboradores que se han pronunciado en su contra fueron despedidos, como en el caso de Mark Esper, quien se desempeñó como secretario de Defensa.
Haarris no dejó pasar las acusaciones penales que ha enfrentado su adversario y recordó los más de 30 delitos por los que fue juzgado. Trump explicó que todos los cargos que se le fincaron fueron utilizados con arma para evitar que ganara la presidencia.
Una de las declaraciones más polémicas de Harris fue su negativa a prohibir el fracking. Según la vicepresidenta es necesario invertir en diferentes fuentes energéticas para que los Estados Unidos no dependa demasiado del petróleo extranjero. El republicano respondió que si Harris ganara la elección, nunca permitiría el fracking, e impulsaría las energías limpias en su lugar. En la misma intervención, Trump se jactó de que luego de que los demócratas asumieron el poder, tuvieron que imitar sus políticas en materia energética porque no podían controlar los precios del petróleo.
Sobre el conflicto en Palestina, Kamala Harris señaló que para que termine, se necesita proponer una solución para los dos estados. Sin embargo, sostuvo que en caso de ganar la presidencia, siempre reconocerá a Israel el derecho de defenderse, aunque respecto a Palestina, dijo que estaría dispuesta a reconocer su autonomía.
Trump señaló que si él fuera presidente nunca hubiera sucedido el conflicto en Ucrania. En contraste, afirmó que si Kamala fuera presidenta, Israel dejaría de existir en dos años, porque, aseguró que su adversaria odia tanto a Israel como a la población árabe.
La postura de Trump frente a los conflictos externos fue contundente: el magnate propuso terminar los conflictos rápido porque no le convienen a EU. En su respuesta, Harris negó que odiara a Israel, pero no terminaría con los conflictos porque esa no es la manera en que actúa su país. Harris sostuvo que Trump acabaría con la guerra porque simplemente renunciaría a ella y porque no tiene interés en mantener a Ucrania como un país libre. Trump culpó a Harris de haber fracasado en las negociaciones. «Ella es una horrible negociadora, la enviaron a negociar y en cuanto se fueron, (Vladimir) Putin inició la invasión». dijo.
La vicepresidenta recordó a Trump que firmó un acuerdo débil en Afganistán, en el que ignoró al gobierno afgano y negoció directamente con la organización terrorista talibán. Trump respondió que se involucró en ese acuerdo para frenar la matanza de militares estadounidenses.
