Cientos de manifestantes se congregaron en las calles de Querétaro para protestar contra el operativo «Centro Histórico», parte del Plan «Orden» del gobierno municipal, que resultó en el desalojo violento de indígenas Ñañhu.
A la voz de “¡Es racismo, no desorden!”, cientos de manifestantes salieron a las calles de la capital queretana para protestar por el operativo denominado «Centro Histórico», en el marco del Plan «Orden» para el centro de la ciudad. Este viernes, las autoridades locales, bajo el mando del Secretario Técnico de la Secretaría de Gobierno, Juan Carlos Arreguín, llevaron a cabo un desalojo violento que resultó en la represión de indígenas Ñañhu, quienes han defendido sus espacios laborales en la zona durante años.
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La intervención de las autoridades, que incluyó el uso de perros y la detención de nueve personas, entre ellas siete indígenas, se justificó bajo el argumento de buscar la “revalorización” y “recuperación” de los espacios públicos. Sin embargo, los manifestantes exigieron respeto a sus derechos y un espacio para vender sus productos, denunciando la falta de consideración hacia su situación laboral.
Empresarios locales y representantes de la Universidad Autónoma de Querétaro condenaron el uso de la fuerza por parte de las autoridades y pidieron un diálogo que permita encontrar soluciones a la problemática que enfrentan los comerciantes indígenas.
De acuerdo con el Comité Cerezo México, todos los detenidos ya han sido liberados, aunque el Plan “Orden” del gobierno municipal ha recibido fuertes críticas tras el incidente. Arreguín defendió las acciones del operativo, alegando que el uso de la fuerza era necesario para garantizar el orden en la zona.
En total, se desplegaron 120 elementos de seguridad para desalojar a aproximadamente 70 indígenas que comercializaban artesanías en el centro histórico de Querétaro.