Un jurado de New Hampshire declaró culpable el martes a Bradley Asbury, exlíder de un centro de detención juvenil, por su complicidad en la agresión sexual de un adolescente de 14 años en 1998.
Un jurado de New Hampshire declaró culpable a Bradley Asbury, un exlíder de un centro de detención juvenil, de dos cargos de complicidad en un delito de agresión sexual agravada contra un menor de 14 años, ocurrido en 1998. Asbury, de 70 años, enfrentará una pena máxima de 20 años de prisión por cada cargo. El veredicto fue emitido tras un juicio de cuatro días, seguido de tres días de deliberación.
Asbury, quien trabajaba como líder de la casa en el Centro de Servicios Juveniles Sununu en Manchester, fue acusado de sujetar a Michael Gilpatrick, de 14 años, mientras un tercer miembro del personal violaba al joven y un cuarto lo obligaba a realizar un acto sexual. Los hechos ocurrieron en una escalera del centro con la ayuda de un colega.
De acuerdo con AP, Asbury es uno de los 11 hombres que trabajaban en el centro o en un centro asociado en Concord que fueron arrestados durante la investigación.
Durante el juicio, AP señaló que el abogado defensor, Rothstein, argumentó que Gilpatrick vivía en un «mundo imaginario», en el que había creado villanos para justificar los problemas en su vida. Según Rothstein, no había testigos ni pruebas que corroboraran el testimonio de Gilpatrick, quien habría cambiado detalles importantes de su relato con el tiempo. Además, sostuvo que cualquier persona presente en las instalaciones habría visto u oído el ataque, dado que ocurrió en una escalera abierta. Rothstein también sugirió que Gilpatrick estaba motivado por el dinero, señalando que había recibido más de 146 mil dólares de un acuerdo civil relacionado con el caso.
Por su parte, la fiscalía destacó que, aunque Gilpatrick no recordaba todos los detalles de la violación, su relato sobre el suceso clave se mantuvo constante a lo largo del tiempo. Además, señaló que el joven no pudo denunciar el abuso en su momento porque Asbury estaba a cargo de las instalaciones.
Este juicio forma parte de un esfuerzo mayor por abordar los abusos sistemáticos en el sistema de detención juvenil de New Hampshire, un tema que ha recibido creciente atención desde que se descubrió la magnitud de los abusos en el centro.
