Nicolás Maduro asumió este viernes un tercer mandato como presidente de Venezuela, en medio de acusaciones de fraude electoral por parte de la oposición y varios gobiernos internacionales. La ceremonia, celebrada en el Palacio Federal Legislativo, coincidió con un creciente conflicto político, marcado por la disputa de la oposición que reivindica la victoria del candidato Edmundo González en las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio.
Nicolás Maduro se juramentó este viernes 10 de enero para un tercer mandato como presidente de Venezuela, a pesar de las denuncias de fraude realizadas por la oposición y respaldadas por varios gobiernos internacionales. La ceremonia tuvo lugar en el Palacio Federal Legislativo, sede del Parlamento unicameral venezolano, marcando el inicio del periodo presidencial 2025-2031.
En un acto realizado en el Salón Elíptico de la Asamblea Nacional, Maduro expresó: «Juro ante esta Constitución que haré cumplir todos sus mandatos, que haré cumplir todas las obligaciones de la Constitución y las leyes de la República, y que este nuevo período presidencial será el período de la paz, la prosperidad, la igualdad y la nueva democracia». Con la mano derecha sobre la Constitución venezolana, agregó: «Lo juro por la historia, lo juro por mi vida».
El evento contó con la presencia del presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, y ocurrió en un contexto de profunda crisis política. La oposición, liderada por Edmundo González, quien se atribuye la victoria en las elecciones del pasado 28 de julio, considera ilegítima la reelección de Maduro. González ha sido reconocido como presidente electo por varios países y anunció su intención de regresar a Venezuela para asumir el cargo.
El conflicto político se intensificó este jueves con la detención y posterior liberación de María Corina Machado, una de las principales figuras opositoras. Este hecho fue un preludio de las tensiones que marcarían la juramentación de Maduro.
A nivel internacional, varios gobiernos han mostrado su respaldo a las denuncias de fraude, aumentando el aislamiento diplomático del gobierno venezolano y planteando nuevos desafíos para el tercer mandato de Maduro.
Con este acto, Nicolás Maduro consolida su posición como presidente de Venezuela, mientras la oposición y la comunidad internacional continúan cuestionando la legitimidad de su reelección.
