Con esta ejecución suman cuatro periodistas asesinados durante el 2020. La ONU-DH pidió al Gobierno de México que el crimen no quede impune y que establezca acciones para garantizar el ejercicio seguro del periodismo en la región.
La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) condenó los asesinatos del periodista Pablo Morrugares Parraguirre y del agente asignado a su protección como parte del Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, operado por la Secretaría de Gobernación (SEGOB).
A través de un comunicado, el organismo internacional exhortó a las autoridades mexicanas a que investiguen este crimen y que no permanezca impune, como ha sucedido con la mayoría de los asesinatos de periodistas de la última década.
El @GobiernoMX condena el ataque armado a las oficinas del Diario de Iguala, ocurrido esta mañana, así como el asesinato del periodista Pablo Morrugares, el pasado 1ero de agosto. Estamos comprometidos en el esclarecimiento de estos hechos y la defensa de la libertad de expresión
— Jesús Ramírez Cuevas (@JesusRCuevas) August 4, 2020
La oficina del Alto Comisionado pidió que se agoten todas las líneas de investigación, sobre todo aquellas en las que el ataque se vincule con la actividad periodística de Pablo Morrugares. Así como también que se investiguen las amenazas previas y las agresiones que sufrió en años anteriores.
Pablo Morrugares es el cuarto periodista asesinado en el 2020 en territorio mexicano. De acuerdo con información registrada por la ONU-DH, Guerrero es uno de los estados más peligrosos para ejercer la labor periodística en México. Según el organismo, las agresiones en contra de comunicadores en este estado se han incrementado a partir del 2017.
Debido a esta problemática la ONU-DH pidió al Gobierno de México implementar acciones interinstitucionales en la región enfocadas al abordaje de las causas estructurales del riesgo, y tratar de generar un ambiente seguro para el ejercicio periodístico.
Morrugares y su escolta fueron atacados el 2 de agosto mientras se encontraban al interior de un restaurante en la ciudad de Iguala, Guerrero. Ambos fueron ejecutados a sangre fría y murieron a causa de las balas.
El periodista fue encontrado en el suelo con una bala en el pecho y otra en la cabeza. Su escolta, cerca de él, con dos balazos en el pecho y otro más en el estómago, informó El País.
Morrugares cubría la fuente de seguridad y a menudo abordaba temas relacionados con el crimen organizado. Desde el 2015 disponía de las medidas de protección de la Segob debido a que ya había sido agredido y por protección se había desplazado del estado por un tiempo.