Parálisis crónica, la peligrosa amenaza viral que mata a las abejas en todo el mundo

Parálisis crónica, la peligrosa amenaza viral que mata a las abejas en todo el mundo

Temblores anormales, falta de vuelo y abdomen brillante y sin pelo, son los síntomas de una enfermedad viral que afecta a las abejas en todo el mundo. Los síntomas pueden tardar una semana en aparecer, y después, solo duran una semana con vida.

Científicos del Reino Unido encontraron que las abejas melíferas occidentales  [apis mellifera]  padecen de una enfermedad emergente que les causa parálisis y que incrementó su mortalidad de estos insectos entre el 2007 y 2017.

Los polinizadores son indispensables para la reproducción del 88 por ciento de la flora a nivel mundial y contribuyen a que los cultivos tengan un mejor rendimiento.

Las abejas melíferas occidentales  conforman entre el 30 y 50 por ciento de los polinizadores silvestres pero en los últimos años se han reportado reducciones de población entre entre las colmenas silvestres.

Estas reducciones están relacionadas a la intensificación del uso de la tierra, la exposición a agroquímicos y el impacto de los parásitos o agentes patógenos.

Las enfermedades infecciosas emergentes (EID, por sus siglas en inglés) aparecieron de manera reciente en las poblaciones de abejas y aumentan rápidamente. De acuerdo con los científicos, estas patologías suelen aparecer por movimientos de ganado o plantas, pero en el contexto actual las abejas son sometidas por actividades humanas a mayores riesgos a enfermarse.

El comercio actual aumentó la distribución geográfica de parásitos y patógenos virales, bacterianos y fúngicos que enferman a las abejas melíferas, esta expansión también está relacionada con el incremento de IED que han llegado a causar pérdidas de poblaciones de estos insectos a grandes escalas.

PARÁLISIS CRÓNICA, UNA TERRIBLE ENFERMEDAD

En mayo de este año, la revista Nature publicó un artículo con los resultados de una investigación realizada por los científicos británicos Giles E. Budge, Nicola K. Simcock, Pjilippa J. Holder y otros, acerca de una una enfermedad viral que ha afectado a las abejas melíferas a nivel global, y que hasta hace poco causaba una sintomatología rara pero grave, la parálisis crónica.

La evidencia apuntaba a que en la última década algo afectaba a las colmenas, se sabía que se trataba de un virus, pero no se había encontrado la enfermedad relacionada.

La investigación encontró que la parálisis crónica comenzó a presentar aumento de casos a nivel mundial. También se encontró una relación con la escala de operación de actividades de apicultura y el historial de importaciones de abejas melíferas en la regiones estudiadas.

Según la investigación, se han perdido millones de colonias en todo el mundo de abejas de la especie melífera occidental. Existe evidencia de que muchos de los patógenos que las afectan se transmiten entre otras especies de polinizadores, lo que permite que se propaguen en nuevas áreas biogeográficas.

El virus de la parálisis crónica de las abejas (CBPV, por sus siglas en inglés) es un virus de ARN bipartito no clasificado que hasta hace poco causaba una enfermedad de parálisis rara pero grave en las abejas, que tiene entre sus síntomas, temblores anormales, falta de vuelo y abdomen brillante y sin pelo.

Los insectos afectados mueren en el lapso de una semana, lo que causa el colapso de colmenas completas. Si el virus no las mata, las debilita lo suficiente para impedirles la polinización y la producción de miel.

Los investigadores del Reino Unido fueron los primeros en detectar patrones de agrupamiento claros en radios de 40 kilómetros. También encontraron que el CBPV puede transmitirse por diferentes vías dentro de una colmena, incluída la vía oral, mecánica y posiblemente vertical, a través de la reina.

Las abejas adultas infectadas portan el virus de manera asintomática hasta por seis días antes de caer enfermas, lo que aumenta la posibilidad de que los individuos infectados visiten sitios de forraje compartidos, o trasladen el virus a otras colonias de abejas.

Sin embargo, estas vías de transmisión sólo operan a una escala espacial del doble de la distancia máxima de alimentación de una abeja melífera que en el Reino Unido no excede de los 10 kilómetros por lo que no explica la transmisión a distancias más prolongadas.

Los científicos también encontraron que la parálisis puede desaparecer en una temporada de apicultura, antes de introducirse en nuevas áreas en los años siguientes.

MAYOR INCIDENCIA EN LA APICULTURA PROFESIONAL

En la investigación, los científicos utilizaron bases de datos de la incidencia de enfermedades en abejas del Reino Unido desde 1966. En el estudio realizaron un total de 79 mil 873 visitas a los apiarios de 24 mil 186 apicultores durante el periodo del 2006 al 2017. La mayoría de las visitas ocurrieron durante la  temporada de apicultura activa, entre los meses de abril y septiembre.

Aunque los científicos encontraron que no se registraron casos de parálisis en el 2006, la enfermedad aumentó de manera exponencial entre el 2007 y el 2017. La tasa difirió entre profesionales y aficionados y fue 1.98 veces más frecuente entre los apicultores profesionales sobre todo a partir del 2014.

En el 2007 la parálisis sólo se presentó en un condado. Sin embargo, en el 2017, la enfermedad aumentó y se presentó en 39 de los 47 condados ingleses y en 6 de los 8 galeses.

EUROPA, ASIA Y AMÉRICA DEL NORTE

Los resultados de la investigación confirmaron que el virus puede desencadenarse por la coinfección del parásito o la exposición a agroquímicos que dificultan la capacidad de las abejas para activar sus mecanismos de defensa. Este problemática ha presentado una mayor incidencia en los últimos años en diversos países. En Estados Unidos, la CBPV presentó una prevalencia del .7 por ciento en el 2010 y se duplicó hasta alcanzar el 16 por ciento en el 2014.

En Italia la CBPV aumentó en un 5 por ciento en el 2009 y aumentó un 10 por ciento para el 2010; en tanto que en China aumentó del 9 por ciento al 38 por ciento en el mismo periodo.