De acuerdo con el Banco de México (Banxico), durante el primer trimestre del año, se presentó una desaceleración económica a nivel global, en tanto que el incremento de la inflación ha sido afectada por el alza en los precios de los alimentos y los energéticos. Dos causas han detonado el alza de los costos: el surgimiento del conflicto político en Ucrania, y la inestabilidad que causó la pandemia del COVID-19.
Durante el mes de marzo, la inflación general anual se posicionó en 7.45 por ciento, lo que implicó una variación de .17 por ciento con respecto al mes anterior. La inflación general ha rebasado el 7 por ciento desde el mes de diciembre, tendencia que se ha mantenido por encima de récords históricos no registrado en todo lo que va del siglo XXI. El aumento del indicador general que se ha registrado en marzo, solo fue superado en diciembre del 2000, en que se observó un incremento del 8.96 por ciento, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
El aumento de la inflación obedece a una tendencia global que afecta a países como Estados Unidos, donde se han tomado medidas de emergencia. De acuerdo con el Banco de México (Banxico), durante el primer trimestre del año, se presentó una desaceleración económica a nivel global, en tanto que el incremento de la inflación ha sido afectada por el alza en los precios de los alimentos y los energéticos. Dos causas han detonado el alza de los costos: el surgimiento del conflicto político en Ucrania, y la inestabilidad que causó la pandemia del COVID-19.
El 24 de marzo, la Junta de Gobierno de Banxico determinó incrementar la Tasa de Interés Interbancaria a un día, en 50 puntos base, para mantener como objetivo el 6.5 por ciento. Con este movimiento se buscó mantener la inflación estable para que al primer trienio del 2024 y que se alcanzara la meta del 3 por ciento. Sin embargo, este panorama aun resulta lejano en el contexto actual.
De acuerdo con el Inegi, el índice de precios subyacente registró en marzo un incremento de 0.72 por ciento mensual, y de 6.78 por ciento anual. En el mismo periodo, el índice de precios no subyacente aumentó 1.79 por ciento a tasa mensual y 9.45 por ciento a tasa anual. El índice subyacente se refiere a la inflación que se proyecta en precios al consumidor, cuando no se consideran los productos energéticos ni alimenticios sin elaborar. El no subyacente es aquel que registra precios de productos agropecuarios, de energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno.
Al interior del índice subyacente, a tasa mensual, los precios de las mercancías subieron 0.93 por ciento y los de los servicios 0.47 por ciento. Dentro del índice no subyacente, los precios de los productos agropecuarios crecieron 1.23 por ciento y los de los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno 2.24 por ciento a tasa mensual.
La canasta de consumo mínimo tuvo un incremento mensual de 1.10 por ciento y anual de 8.07 por ciento. Los energéticos registraron una variación mensual del 3.01 por ciento, así como alimentos, bebidas y tabaco que subieron 1.20 por ciento con respecto al mes anterior. Los productos que muestran una tendencia al alza son el gas doméstico, que subió este mes 7.48 por ciento, la gasolina de bajo octanaje que aumentó 1.99 por ciento y el transporte aéreo que se elevó 41.69 por ciento. Los servicios turísticos aumentaron en 12.83 por ciento y en alimentos, el aguacate subió en un 13.84 por ciento, y la cebolla 10.87 por ciento.
Entre los productos que bajaron se encuentran los paquetes Internet, telefonía y televisión de paga, cuyo costo descendió en 7.98 por ciento durante este mes. En alimentos, el limón, que se había mantenido a la alza, bajó en 4.37 por ciento, así como la papa, que ya presentaba esta tendencia desde el mes anterior, en marzo bajó 7.41 por ciento. Otros productos que se venden a precios más bajos son el chayote, con un 13.13 por ciento menos, los nopales con 9.22 por ciento y la calabacita 6.89 por ciento.