Durante el fin de semana el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, se reunió con su homólogo ucraniano, Volodimir Zelensky, lo que anticipaba su cambio de planes respecto a mantener su alianza con Rusia. En la antesala de la cumbre de líderes de la OTAN en Lituania, el presidente turco confirmó la anexión de Turquía a la alianza.
Los países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) celebran este martes y miércoles una cumbre en Vilnis, Lituania. A través de un comunicado, los jefes de estado y Gobierno que participan en la reunión del consejo acordaron 90 puntos sobre distintos temas en los que destaca la bienvenida de Turquía a la organización.
En el documento también reiteraron su postura de rechazo a la intervención militar de Rusia en Ucrania, y el apoyo militar que le brindan Bielorusia e Irán. Destacaron su preocupación sobre la amenaza cibernética que representa China, y la colaboración de los miembros de la alianza para impulsar una estrategia de vigilancia desde el espacio, entre otras resoluciones. Sin embargo, la tensión del evento se ha centrado en el inesperado ingreso de Turquía a la OTAN, a pesar de la alianza que mantenía con Rusia.
Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, consideró como histórica la participación de Recep Tayyip Erdoğan, presidente de la República de Turquía, quien durante las vísperas de la reunión aceptó enviar el Protocolo de Adhesión de Suecia a la Gran Asamblea Nacional y retiró el veto a Finlandia y Suecia.
Desde 2016, Turquía había estrechado lazos con Rusia, tras intento de golpe de estado en contra de Erdoğan que fue rápidamente condenado por el presidente ruso Vladimir Putin.
Durante la cumbre bilateral realizada en 2016 entre los presidente de Turquía y Rusia, el primer mandatario turco celebró el respaldo de Putin y acusó a los países de la Unión Europea (UE) de “haber dejado solos a los turcos”. A partir de ese momento, Rusia permitió a Turquía intervenciones militares en Siria para contener el avance del Partido de la Unión Democrática (PYD) con quien Erdoğan mantiene desacuerdos desde el periodo de guerra civil de Siria. En 2019, Rusia entregó a Turquía el sistema de misiles de defensa aérea s-400, lo que estrechó aun más los lazos bilaterales.
Tras el inesperado ingreso de Turquía a la OTAN, el Kremlin ha reaccionado. Durante el fin de semana pasado, tras la reunión entre el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, y presidente turco, que estuvo acompañada de la liberación de prisioneros de guerra ucranianos, el portavoz presidencial de Rusia, Dimitr Peskov, consideró estas acciones como una violación a los acuerdos entre dicho país y Turquía.
“Erdogan 🇹🇷 y Zelensky 🇺🇦 se reunieron en Estambul para discutir el «corredor de cereales» con la mediación de Ankara”. pic.twitter.com/5nxRXrwPPO
— Federico Alves, Econ. (@federicoalves) July 7, 2023
Este martes, tras consolidarse la adhesión de Turquía a la OTAN, Peskov condenó la traición de Erdoğan y le recordó que nadie en Europa quiere ver a Turquía dentro de la UE.
«Turquía puede orientarse hacia occidente. Sabemos que en la historia de Turquía ha habido periodos de intensa orientación hacia occidente, pero también sabemos muy bien que […] nadie quiere ver a Turquía en Europa», afirmó el portavoz.