A partir de datos de homicidios durante los sexenios de Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, aplicamos un modelo de regresión lineal que arrojó que si no se implementan cambios significativos en las políticas de seguridad, el país podría registrar cerca de 309 mil 735 homicidios para el final del sexenio de Claudia Sheinbaum en 2030. Un cálculo hipotético.
A lo largo de los últimos sexenios en México, el número de homicidios ha seguido una tendencia al alza que genera preocupación. Desde Felipe Calderón hasta Andrés Manuel López Obrador, el incremento en los niveles de violencia homicida ha sido constante, con particularidades a nivel regional y cambios en el perfil de las víctimas. Con la presidencia de Claudia Sheinbaum por comenzar en 2024, surge una pregunta crucial: ¿cuántos homicidios podrían registrarse al finalizar su sexenio en 2030?
Utilizando un modelo de regresión lineal que proyecta las tendencias observadas desde 2006, hemos estimado que, si no se realizan intervenciones significativas, para 2030 México podría registrar cerca de 309,735 homicidios. Aunque no se trata de una cifra oficial, sino de una estimación.
Entre los sexenios de los últimos tres presidentes de México, se ha registrado un aumento sostenido en el número de homicidios:
- Felipe Calderón (2006-2012): 120,463 homicidios.
- Enrique Peña Nieto (2012-2018): 156,066 homicidios.
- Andrés Manuel López Obrador (2018-2024): 217,229 homicidios.
Este aumento refleja la intensificación de la violencia en el país, particularmente desde la llamada «Guerra contra el narcotráfico» iniciada en 2006. Esta ola de homicidios ha tenido momentos de mayor intensidad. En el informe «Patrones y tendencias de los homicidios en México», publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), se señaló que aunque hubo una disminución entre 2012 y 2014, a partir de 2015 la violencia creció nuevamente, alcanzando un máximo en 2017 con una tasa de 26 homicidios por cada 100 mil habitantes. En ese año, se registraron 32,079 homicidios, un promedio de 88 víctimas por día, el mayor número de asesinatos en la historia reciente del país.
El modelo de regresión se entrena utilizando los datos históricos. Este proceso ajusta una línea que intenta reflejar la evolución de los homicidios a lo largo del tiempo. Dicha línea se ajusta de tal manera que, por cada sexenio, existe un punto que representa el número total de homicidios.
Por ejemplo, para el año 2012 (fin del sexenio de Calderón), el modelo asocia los 120,463 homicidios registrados. Lo mismo ocurre con los sexenios de Enrique Peña Nieto (156,066 homicidios en 2018) y de Andrés Manuel López Obrador (217,229 homicidios en 2024).
Una vez que el modelo ha ajustado esta línea, podemos proyectar cuántos homicidios podrían ocurrir al finalizar el sexenio de Claudia Sheinbaum en 2030.
Factores regionales que impulsan la violencia
La violencia homicida en México no es homogénea, sino que se concentra en ciertas entidades federativas. En 2019, estados como Chihuahua, Baja California, Guanajuato, Guerrero, y Zacatecas mostraron los mayores incrementos en homicidios.
Samuel Storr, en su estudio «Cinco miradas a la violencia homicida en México», señaló que desde 2018, Guanajuato se ha destacado por ser el estado con más homicidios en todo el país, cuadruplicando su tasa entre 2015 y 2020, cuando alcanzó un pico de 5,163 homicidios. Aunque experimentó una disminución del 23% en 2021, con 3,996 asesinatos, la violencia volvió a incrementarse.
Otros estados como Chihuahua alcanzaron un máximo histórico en 2020 con 3,435 homicidios, antes de registrar una caída del 39% para 2022. Sin embargo, a pesar de estas reducciones temporales, la violencia sigue estando en niveles elevados. En contraste, Colima experimentó su peor índice de violencia en 2017, pero ha sido superado en distintos años por otras entidades.
El Estado de México, históricamente una de las entidades con mayor número de homicidios, concentró el 21.3% del total de asesinatos de mujeres en el país y el 14.4% de los homicidios de hombres durante el periodo de análisis. Sin embargo, su proporción ha disminuido en los últimos años debido al incremento de asesinatos en otros estados.
Según el Inegi, desde 1990 la mayoría de las víctimas de homicidios en México han sido hombres jóvenes con escolaridad básica y laboralmente activos. Aunque las personas con menor nivel educativo son más propensas a ser víctimas, ha habido un aumento de homicidios entre personas con educación media superior y superior en los últimos años. Los homicidios también son desproporcionadamente altos en hombres en comparación con mujeres, siendo las armas de fuego el principal método utilizado.
Predicción para 2030 utilizando un modelo de regresión lineal
Para estimar los homicidios que podrían ocurrir durante el sexenio de Claudia Sheinbaum, utilizamos un modelo de regresión lineal basado en los datos históricos de homicidios de los últimos tres presidentes. Este modelo predice una tendencia de aumento si no se implementan políticas que logren reducir significativamente la violencia.
A partir de los datos de 2006, 2012 y 2018, y el cálculo de la tendencia hasta 2024 con 217,229 homicidios, el modelo proyecta que, para el año 2030, México podría registrar 309,735 homicidios. Este aumento, aunque es solo una proyección basada en los patrones históricos, resalta la urgencia de aplicar estrategias efectivas para detener la escalada de violencia en el país.
A pesar de algunas reducciones observadas en ciertas entidades entre 2020 y 2022, los niveles de violencia en México siguen siendo históricamente altos. Los incrementos en algunas regiones no solo reflejan el deterioro de la seguridad pública, sino que también destacan la heterogeneidad en la distribución de la violencia.
De mantenerse la tendencia actual, el número de homicidios podría superar los 300 mil al cierre del sexenio de Claudia Sheinbaum en 2030. Esta cifra subraya la necesidad urgente de políticas públicas que enfrenten el fenómeno de manera estructural y no reactiva. Las intervenciones a nivel federal y local serán cruciales para revertir una de las crisis más profundas que enfrenta México en términos de seguridad y justicia.