Durante tres días, el EZLN ha publicado una serie de textos firmados por El Capitán que revelan una crítica feroz al sistema de valores en el que la sociedad actual se ha desarrollado, un sistema que promueve la explotación, el racismo, el patriarcado y la represión bajo una fachada de progreso.
En el contexto actual, en el que la crisis climática, los conflictos políticos y las profundas desigualdades sociales continúan creciendo, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) ha lanzado una serie de reflexiones bajo el título «La Tormenta y el Día Después», firmados por El Capitán. Estos textos, característicos por su estilo narrativo agudo y sarcástico, abordan con urgencia la necesidad de repensar el futuro tras el colapso del sistema capitalista, así como el papel de las artes, las ciencias y la comunidad en un mundo posterior a la tormenta.
El primer postfacio, titulado «La Hipótesis (¿o era la hipotenusa?)», introduce un análisis crítico sobre cómo las tecnologías modernas, en su vínculo con el capitalismo, han moldeado tanto las artes como las ciencias. La crítica no está solo en el uso de estas tecnologías, sino en la dependencia que las sociedades han desarrollado hacia ellas. En este escenario, el EZLN invita a cuestionar si las artes y las ciencias pueden continuar existiendo sin las infraestructuras modernas, como el internet, las computadoras o los combustibles fósiles.
El argumento central de esta primera parte es claro: el sistema ha convencido a las mayorías de que sin él, sin el capitalismo, la humanidad es inviable. Pero, como sugiere el texto, tanto las artes como las ciencias existieron mucho antes de la llegada de este sistema económico. A través de ejemplos históricos, desde las pinturas rupestres hasta las matemáticas de los antiguos mayas, el EZLN reafirma que la creatividad y el conocimiento son inherentes al ser humano, independientemente de las tecnologías modernas.
Este cuestionamiento se extiende a un escenario hipotético en el que las estructuras actuales colapsan. ¿Qué harían los artistas y científicos en un mundo sin acceso a la tecnología moderna? ¿Cómo se reinventarían las prácticas artísticas y científicas? Estas preguntas no son solo teóricas; el EZLN plantea un reto directo a quienes viven inmersos en el sistema, instándolos a imaginar un futuro en el que las habilidades manuales y el conocimiento ancestral sean más valorados que los títulos académicos o el prestigio artístico.
El discurso no deja de lado el sarcasmo y la ironía. Se hacen referencias a los «profetas de la salvación» que, en tiempos de caos, promulgarían teorías retrógradas como la Tierra plana, minimizando los problemas reales como el cambio climático o las guerras. Aquí, el EZLN apunta a la desconexión entre las élites políticas y las verdaderas necesidades de las personas, en un mundo en crisis donde las decisiones se toman según encuestas de popularidad en lugar de la realidad de los pueblos.
La asamblea comunitaria y el reto del “Día Después”
El segundo postfacio, titulado «¿Cambio con continuidad? ¿De nuevo lo mismo?», retoma el concepto de una asamblea comunitaria como el lugar donde se discuten y deciden los caminos para la reconstrucción. El EZLN propone un ejercicio de imaginación: situarse en una comunidad donde el mundo tal como lo conocemos ha desaparecido. Las herramientas tecnológicas ya no están disponibles, y cada persona debe contribuir con sus habilidades a la supervivencia colectiva.
En este escenario, el valor de las «habilidades manuales» resalta sobre las capacidades abstractas o tecnológicas. Aquellos que pueden cultivar la tierra, construir refugios o curar enfermedades se convierten en los miembros más esenciales de la nueva comunidad. El texto invita a los lectores, especialmente aquellos que se dedican a las artes y las ciencias, a preguntarse: ¿Qué puedo aportar yo en esta situación?.
La reflexión va más allá de un simple ejercicio hipotético. La asamblea comunitaria es un símbolo del poder de la organización colectiva, un pilar en la lucha zapatista desde sus inicios. El EZLN subraya que la reconstrucción del mundo debe pasar por la horizontalidad y la inclusión, donde todas las voces sean escuchadas y valoradas por igual.
El papel del EZLN en la lucha global
A lo largo de ambos textos, el EZLN se dirige a las personas, grupos y movimientos que, como ellos, resisten la tormenta del capitalismo. Reconocen que muchos ya padecen las consecuencias de este sistema y, desde hace tiempo, trabajan para construir alternativas. La Declaración por la Vida, mencionada al inicio del primer postfacio, es un llamado a la acción global, un esfuerzo por conectar estas luchas dispersas bajo un objetivo común: la defensa de la vida en todas sus formas.
El mensaje final del EZLN no es solo una advertencia sobre el colapso inminente, sino también una invitación a reflexionar y actuar. La tormenta, en su visión, no es solo una metáfora del caos que se avecina, sino una realidad palpable para millones de personas en el mundo. Pero, al igual que la tormenta, el «Día Después» también es una posibilidad, un espacio para la construcción de nuevos mundos donde las artes, las ciencias y las comunidades humanas puedan florecer sin las cadenas del capitalismo.
Así, el EZLN invita a artistas, científicos y comunidades a imaginar y crear esos nuevos mundos, recordándonos que la lucha por la vida no termina con la tormenta, sino que apenas comienza.
Se destacan frases como: «las personas de piel oscura soportan mejor las inclemencias del clima (o eso le enseñaron), y las de piel clara son más sensibles, más delicadas (o eso le enseñaron)». Este pasaje resalta cómo los estereotipos raciales y de género han sido utilizados para mantener estructuras de poder, reforzando la idea de que «las mujeres, puesto que son quienes pueden tener crías, se encarguen del hogar», mientras que los hombres ocupan roles de poder.
El texto también menciona la implementación de medidas para controlar a aquellos que no encajan en estos esquemas, describiendo que «las redadas, las cárceles y los ataúdes» están reservados para aquellos que desafían estas normas establecidas. Incluso se llega a sugerir que, bajo este sistema, «las mejores ‘pies de cría’ para ir ‘mejorando la raza'» serán seleccionadas, subrayando la deshumanización implícita en estos esquemas de dominación.
Se hace una crítica al «feminismo moderado», que bajo esta visión solo es permitido y controlado por los varones, y se señala la hipocresía detrás de los aparentes «logros» feministas, como la llegada de una mujer a un puesto gerencial, mientras las mujeres comunes siguen siendo víctimas de depredadores que se ocultan bajo la máscara de «las nuevas masculinidades». También se aborda la relación del sistema con las personas de piel oscura, que deben ser «incluidas» de forma simbólica mientras se les sigue reprimiendo y explotando.
Este texto satírico invita a reflexionar sobre cómo estos valores, que parecen inofensivos o incluso justificados en nombre del progreso, han llevado a la construcción de un sistema profundamente desigual y violento. El autor plantea que este ciclo destructivo, que se perpetúa a lo largo de la historia, debe ser roto si se quiere construir un nuevo modelo de sociedad más inclusivo y justo.
El tercer texto, «¿Otras opciones? Cuando las palabras no son necesarias» describe la manera en que el lenguaje se vuelve secundario cuando otras formas de comunicación toman el protagonismo. La narración evoca situaciones en las que los personajes eligen expresarse a través del arte, la música o el movimiento, en lugar de palabras. Un personaje se encuentra en una asamblea comunitaria y, en lugar de hablar, comienza a danzar espontáneamente, creando una coreografía alrededor de una hoguera, convirtiéndose en «la bailarina». En otro caso, alguien opta por dibujar una escena de la asamblea en lugar de intervenir verbalmente, lo que le otorga el apodo de «la pintora». Estos ejemplos revelan cómo las acciones y el arte pueden decir más que las palabras en un entorno donde las relaciones comunitarias y el contacto humano prevalecen.