El vicepresidente estadounidense, J. D. Vance, centró su crítica en las políticas de censura digital implementadas por algunos gobiernos europeos, sugiriendo que podrían tener efectos contraproducentes al comprometer las libertades democráticas. Su mensaje enfatizó la necesidad de revisar el enfoque hacia la desinformación sin sacrificar los principios fundamentales de las democracias europeas.
En su intervención en la Conferencia de Seguridad de Múnich, el vicepresidente estadounidense J. D. Vance abordó las políticas europeas en relación con la desinformación y el discurso de odio, señalando que estas medidas podrían estar erosionando la libertad de expresión. Vance expresó su preocupación por el creciente temor en Europa a la desestabilización política a raíz de las campañas digitales, un fenómeno que, según él, está siendo exagerado por los gobiernos del continente.
Vance destacó que si las democracias europeas pueden ser desestabilizadas por campañas digitales de desinformación, entonces tal vez esas democracias no sean tan fuertes como aparentan. En su discurso, advirtió sobre el peligro de tomar medidas demasiado restrictivas en nombre de la lucha contra la desinformación, lo que podría comprometer los valores fundamentales de libertad que compartimos con Europa. Según el vicepresidente, Europa debería cuestionarse si está exigiendo un estándar adecuado en términos de la protección de los valores democráticos.
Aunque el discurso no se centró en los temas más relevantes de la conferencia, como la guerra en Ucrania, Vance aprovechó la oportunidad para criticar la forma en que algunos gobiernos europeos, entre ellos Alemania, Suecia y Reino Unido, han implementado políticas para moderar contenidos en línea y censurar ciertos discursos, bajo el argumento de proteger a la sociedad de contenidos extremistas o desinformación. Vance expresó que estas políticas, aunque bien intencionadas, podrían estar limitando las libertades individuales y el debate público.
Durante su intervención, el vicepresidente también hizo referencia a la situación en Rumanía, donde se cancelaron las elecciones presidenciales debido a la preocupación por la interferencia externa, en este caso, de Rusia. Vance cuestionó si las democracias europeas, que han implementado medidas de censura digital en respuesta a las campañas de desinformación, están tomando las decisiones correctas o si, por el contrario, están demostrando inseguridad frente a posibles amenazas externas.
El discurso fue recibido de manera mixta, con varios delegados y políticos expresando sus opiniones sobre el tema. Boris Pistorius, ministro de Defensa de Alemania, fue uno de los críticos más vocales, señalando que las comparaciones de Vance con los regímenes autoritarios no eran apropiadas.
Vance también reflexionó sobre la creciente preocupación de los votantes europeos por cuestiones como la inmigración y cómo esto ha influido en el apoyo a políticos que abogan por políticas más restrictivas. A lo largo de su discurso, hizo un llamado a los líderes europeos a considerar cuidadosamente las implicaciones de sus políticas sobre la libertad de expresión y a mantener un equilibrio entre la seguridad y los derechos fundamentales de los ciudadanos.