Una manifestación de jubilados en Argentina derivó en enfrentamientos con la policía, dejando más de 100 detenidos y al menos 20 heridos, incluido un periodista en estado grave. La protesta, realizada el miércoles 12 de marzo, contó con el apoyo de hinchas de fútbol y organizaciones sociales, y culminó en cacerolazos nocturnos contra el gobierno de Javier Milei.
Durante la tarde, la movilización se concentró en la zona del Congreso y la Plaza de Mayo, donde la policía intentó desalojar a los manifestantes con balas de goma, gases lacrimógenos y camiones hidrantes. La tensión aumentó cuando algunos asistentes desafiaron los cordones policiales, lo que resultó en disturbios. En medio de los enfrentamientos, un patrullero y una moto policial fueron incendiados.
El caso más grave fue el del periodista Pablo Grillo, quien recibió el impacto de un proyectil mientras tomaba fotografías. Además, la policía reportó que aún permanecen detenidas cinco personas con antecedentes por robos agravados y secuestros.
Por la noche, los cacerolazos se extendieron por distintos puntos de Buenos Aires, con cientos de personas movilizándose hacia la Casa Rosada en señal de protesta.
Este jueves, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, responsabilizó a Leandro Capriotti, a quien señaló como el «máximo organizador» de la protesta y lo vinculó con el sindicalista Luis Barrionuevo. También acusó a los intendentes de La Matanza, Fernando Espinoza, y de Lomas de Zamora, Federico Otermín, de haber facilitado la movilización de manifestantes.
Bullrich criticó además a la jueza Karina Andrade por haber liberado a la mayoría de los detenidos, argumentando que varios de ellos tenían antecedentes penales. La situación ha generado un nuevo foco de tensión en el gobierno de Milei, en un contexto de creciente descontento social.