El acceso a la API de X para la investigación académica fue limitado por Elon Musk en 2023, quien ahora cobra por una cantidad pequeña de descargas de datos que es insuficiente para los investigadores. En contraste, han proliferado las empresas que descargan datos de los usuarios y sus conversaciones y los utilizan para vender servicios de monitoreo. Aunque el propósito de estos servicios está enfocado en estrategias de mercadotecnia, los gobiernos y partidos políticos las utilizan para monitorear conversaciones acerca de ellos. Empresas como TalkWalker Inc. presentaron un auge en contrataciones con gobiernos a partir del 2020, pero desde antes, los gobiernos ya utilizaban su producto para vigilar las conversaciones.
En febrero de 2023, investigadores de todo el mundo emprendieron una batalla casi perdida para convencer a Elon Musk de que no cerrara la plataforma de descarga de datos gratuita para proyectos académicos. Instancias pioneras en el desarrollo de software para el análisis de redes sociales como la Universidad de Indiana se sumaron a una campaña global para explicar a Musk la relevancia de la transparencia algorítmica y el apoyo de la academia para este propósito.
Starting February 9, we will no longer support free access to the Twitter API, both v2 and v1.1. A paid basic tier will be available instead 🧵
— Developers (@XDevelopers) February 2, 2023
La Coalición para la Investigación Tecnológica Independiente (Independent Techcnology Research) convocó a decenas de investigadores, periodistas, académicos y actores de la sociedad civil a que firmaran una carta dirigida a Elon Musk para que no cerrara el acceso libre y gratuito a la Interfaz de Programación de Aplicaciones (API, por sus siglas en inglés).
«Periodistas, ONG e investigadores académicos traducen datos sin procesar de la API de Twitter en conocimientos críticos que informan al público, a los responsables políticos y a la propia empresa. Este trabajo se lleva a cabo en una variedad de entornos en todo el mundo, desde grandes universidades y redacciones hasta pequeñas organizaciones comunitarias. La repentina imposición de tarifas por parte de Twitter tendrá un impacto desproporcionado en los programas con recursos insuficientes», explicaron los investigadores.
Sin embargo, nada hizo cambiar la nueva política de Musk, el acceso libre a la API para el desarrollo de investigaciones académicas y de interés público fue cerrado. El magnate fundador de Tesla Inc, no solo cerró el acceso, sino que además, el pago solo permite la descarga de un volumen limitado de datos, que resultan muestras insuficientes para algunas investigaciones.
Esta medida contribuyó a que la plataforma se volviera más opaca de lo que ya era y que el empleo de cuentas falsas o automatizadas se realice con mayor libertad en la implementación de campañas de desprestigio o de guerra sucia en el entorno político.
El dramático cierre de la plataforma afectó a cientos de investigadores cuyos proyectos quedaron inconclusos, no solo en el campo de la Comunicación Política, sino en otras áreas como la Salud, la Ecología, la Psicología, la Ciberseguridad, entre otros.
EL BOOM DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL
A mediados de 2023, Elon Musk limitó todavía más la plataforma, afectando incluso a los usuarios al impedir que se extrajeran datos a partir de una técnica conocida como scraping o raspado de datos, que ha sido utilizada para el desarrollo de modelos de Inteligencia Artificial (IA).
El scraping o raspado de datos también es utilizado por delincuentes cibernéticos para extraer información de usuarios. Según Musk, había empresas haciendo scrapping de todos los tuits o posts de X. Tras limitar el volumen de tuits o posts, el empresario detectó y demando a cuatro data scrapers que según su explicación, sobrecargaban los servidores de X Corp, además de que la empresa no tenía control sobre el tratamiento que terceras personas podían dar a estos datos.
¿QUÉ NOS DEJARON?
La investigación académica tuvo que entrar en pausa debido a las medidas de X Corp. Pero la demanda de datos para análisis continuó solventada por empresas tecnológicas, enfocadas a servicios mediante la extracción de datos de usuarios que procesan con metodologías opacas y que entregan a sus clientes para ofrecer soluciones específicas.
Estas empresas iniciaron con productos sencillos como análisis de perfiles de cuentas, tendencias, menciones, pero con el desarrollo de la inteligencia artificial, ahora incluso ofrecen análisis predictivos y otros servicios de los que no se puede determinar la precisión de sus filtros, como en el análisis automatizado de fake news o noticias falsas y cuentas automatizadas o bots. Es por este motivo que una investigación académica sobre dinámicas en redes sociales tendría problemas para justificar el empleo de una herramienta que ofrece los datos ya procesados y analizados sin transparentar su método. Además de que un académico tampoco tendría control sobre los datos que utiliza para su investigación.
La empresa TalkWalker ha ganado clientes tras el cierre de la API de X pero ya era una de las más reconocidas en esta área, sobre todo entre actores políticos, debido a que les facilita un amplio catálogo de herramientas para analizar a usuarios y contendidos de diversas plataformas, entre ellas X. Sin embargo, esta empresa no transparenta sus métodos.
Estos servicios están diseñados para necesidades más específicas y propias de la competencia de mercados, como es identificar campañas publicitarias, generar métricas, realizar comparativos entre marcas, analizar menciones, y otras acciones similares enfocadas a identificar debilidades en la competencia de sus clientes, entre otros propósitos.
Por una tarifa de poco más de 100 mil pesos al año, Talkwalker promete analizar «con la mayor precisión» miles de datos sobre tendencias, hashtags, usuarios, menciones, entre otros datos. Filtra spam, bots, fake news, analiza audio, video, y determina el sentimiento de comentarios. Promete anticiparse al surgimiento de tendencias, un servicio de gran utilidad para equipos de candidatos en plena campaña electoral. Detecta a los usuarios que más interactúan con un hashtag, y puede descargar datos de geolocalización.
Sin embargo, estos servicios también son adquirido por gobiernos y partidos políticos para detectar a usuarios críticos o detectar e impulsar campañas de guerra sucia.
Un ejemplo de cómo ha sido implementado este producto mercadotécnico para el monitoreo por parte del Estado tuvo lugar en Nuevo León. En junio de 2019, el municipio de San Pedro Garza García otorgó a la empresa Conocimiento del Cliente, S. A. de C.V. el contrato con número de folio SA/DGAJ/CTODPRIV-PROFESIONALES/188/ADMÓN.-18-21, por 719 mil 200 pesos mediante licitación, para realizar «análisis de redes sociales y monitoreo de medios de comunicación masivo, así como estudios cualitativos de opinión pública» estos informes se realizan con el beneficio de que no existe un marco legal suficiente para garantizar la protección de datos personales y de derecho a la privacidad de los usuarios.
En este contrato, el municipio solicitó a la empresa que utilizara Talkwalker para analizar todo lo que los usuarios de redes sociales comentaron en las plataformas digitales fuera de las cuentas oficiales del municipio. Es como tener a un trabajador del gobierno sentado en tu mesa escuchando tu opinión sobre el alcalde.
El uso de Talkwalker se diversificó y sus contratos con gobiernos aumentaron al finalizar el periodo de la pandemia por el COVID-19. Durante este periodo evolucionaron tecnologías de análisis de datos debido a la demanda de procesamiento de información relacionada con la enfermedad; también en este periodo, la vigilancia en redes sociales para combatir la desinformación y la llamada «infodemia», se intensificó en todo el mundo, incrementando la demanda de servicios de monitoreo de conversaciones en las redes sociales.
En el Gobierno estadounidense, los registros de transparencia, arrojan un repunte en las adquisiciones de servicios de la empresa Talwalker Inc. a partir del 2020, y esta tendencia se mantuvo durante el 2021 y el 2022. Las agencias que se presentan como contratantes son el Departamento de Defensa y el Departamento del Trabajo. Los servicios solicitados, de acuerdo con esta base de datos, son publicación y radiodifusión en Internet, editores de software, e Investigación de mercados y encuestas de opinión pública.