Iván Reyes Arzate, ex jefe de la Policía Federal quien confesó entregar información a cárteles mexicanos es uno de los testimonios más importantes en el caso de Genaro García Luna.
La Fiscalía del Distrito Este de Nueva York vinculó en el caso Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad a Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño García, señalados por ser sus colaboradores en las operaciones que el exfuncionario habría mantenido entre el 2006 y el 2012 con el crimen organizado. Ambos ocuparon cargos directivos en la extinta Policía Federal y se habrían beneficiado de sobornos millonarios a cambio de permitir al Cártel de Sinaloa operar con impunidad.
El juicio que tendrá lugar en la Corte de Nueva York revelará por primera vez el lado oscuro del aparato de seguridad mexicano en donde se gestó una red de corrupción que impactó en las políticas del país, la vida cotidiana y las relaciones entre México y Estados Unidos. Durante el periodo de Gobierno del expresidente Felipe Calderón Hinojosa, tuvo lugar una ola de violencia sin precedentes que se extendió durante la última década en medio de políticas de seguridad fallidas.
Además de Cárdenas Palomino y Pequeño García, un tercer coacusado es clave en el caso, Iván Reyes Arzate, ex jefe de la Policía Federal que confesó entregar información a cárteles mexicanos, entre ellos el que dirigían los hermanos Beltrán Leyva y Seguimiento 39, una célula vinculada al Cártel de Sinaloa.
REYES Y LOS VÍNCULOS CON EL CO
Como piezas de un rompecabezas, diversas investigaciones periodísticas desenmarañaron capítulo por capítulo una historia que continúa en las pruebas más contundentes que los fiscales estadounidenses han presentado, una de ellas, Reyes Arzate, quien sería la última conexión de García Luna con los cárteles de droga.
Iván Reyes Arzate fue subordinado de Ramón Pequeño en el tiempo en que García Luna dirigía la Secretaría de Seguridad y en el que Cárdenas Palomino era titular de seguridad regional.
En 2017 se entregó a las autoridades estadounidenses para enfrentar cargos por conspiración y obstrucción de la justicia y se declaró culpable de proporcionar información de la Administración para el Control de Drogas (DEA) a cárteles mexicanos, entre ellos el de los Beltrán Leyva.
Tras cumplir una condena de tres años sería liberado. Sin embargo, la fiscalía de Nueva York lo vinculó al caso de Genaro García, ambos se encuentran recluidos en la misma prisión y serán juzgados por Brian Cogan, el mismo juez que llevó el caso de Joaquín «El Chapo» Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa.
UNA INTEMPESTIVA CARRERA
De acuerdo con una investigación de La Silla Rota, en el 2001 Reyes Arzate ingresó a la Procuraduría General de la República (PGR) como agente investigador. Sin embargo, su trayectoria hasta ese momento provenía del área de ventas de Banca Promex. De ese cargo, brincó a la Agencia Federal de Investigación (AFI) que durante el gobierno de Vicente Fox Quesada era dirigida por García Luna.
El exsuperpolicía lo llevó consigo a la Secretaría de Seguridad cuando asumió su titularidad en el sexenio de Felipe Calderón. En esta dependencia, Reyes Arzate fue subdirector de área en la Coordinación de Inteligencia para la Prevención. En 2008 fue nombrado director de área en la Sección Tercera del Estado Mayor, en ese año comenzó sus labores confesas de informante del cártel de los Beltrán Leyva.
Para el 2010, fue nombrado director General de Apoyo Táctico contra el Narcotráfico y Delitos Conexos, en este cargo la DEA lo contactaba para intercambiar información. Tras las detenciones y abatimientos de los hermanos Beltrán Leyva, su contacto con el cártel fue Ángel Domínguez, quien transportaba cocaína de Colombia a Estados Unidos.
Pequeño García fue cesado en el 2015 tras la fuga de Joaquín Guzmán del Penal del Altiplano y en el 2016, Reyes Arzate encabezó un operativo para detener a Ángel Domínguez. La DEA le pidió vigilar al capo en un restaurante de la Ciudad de México pero él le alertó días antes. Por este motivo fue cesado de su cargo y en abril del 2017 se entregó a las autoridades estadounidenses. Entre las pruebas presentadas se encontraron miles de páginas con transcripciones de los mensajes que el expolicía enviaba a los capos. Los fiscales de distrito han indicado que utilizarán estas pruebas en el juicio de García Luna.