Rusia acusó a Ucrania de lanzar un ataque con misiles tácticos ATACMS, de fabricación estadounidense, contra la región de Briansk, mientras el Kremlin endureció su política nuclear al ampliar los escenarios que justificarían el uso de armas de destrucción masiva. Este movimiento ocurre en un contexto de tensiones crecientes con Occidente, tras la supuesta autorización de Washington para el uso de estas armas por parte de Kiev.
Rusia acusó a Ucrania de atacar la región de Briansk con seis misiles tácticos de largo alcance ATACMS, fabricados en Estados Unidos. El Ministerio de Defensa ruso informó que, durante la madrugada del martes, «a las 03:25 horas, el enemigo atacó una instalación en la región de Briansk con seis misiles balísticos». Según el comunicado, los sistemas de defensa antiaérea S-400 y Pantsir interceptaron cinco proyectiles, mientras que un sexto fue dañado. El impacto provocó un incendio que fue rápidamente extinguido, sin que se reportaran víctimas ni daños estructurales significativos.
Este ataque se produce en un contexto de creciente tensión entre Rusia y Occidente. El Kremlin ha calificado el uso de misiles estadounidenses como un indicio de «participación directa de los países de la OTAN, Estados Unidos y los países europeos en la guerra en Ucrania». Estas declaraciones se producen días después de que medios estadounidenses, como The New York Times, reportaran que el presidente Joe Biden autorizó por primera vez el uso de estas armas por parte de Ucrania para atacar objetivos en territorio ruso.
Cambio en la política nuclear rusa
En paralelo, el presidente Vladimir Putin aprobó una actualización de la doctrina conocida como «Fundamentos de la política estatal en el campo de la disuasión nuclear». Este documento amplía los supuestos en los que Rusia podría recurrir a armas nucleares. Según la nueva política, Moscú considerará responder con armas nucleares no solo ante un ataque de destrucción masiva, sino también en casos de agresión convencional que amenace la soberanía o integridad territorial de Rusia o de su aliado Bielorrusia.
«La disuasión nuclear tiene como objetivo garantizar que un adversario potencial comprenda la inevitabilidad de las represalias en caso de agresión contra la Federación Rusa y/o sus aliados», señaló Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin. Además, el documento estipula que cualquier ataque convencional respaldado por una potencia nuclear, así como un ataque aeroespacial masivo con misiles o drones, podría desencadenar una respuesta nuclear.
Advertencias mutuas entre potencias nucleares
El cambio en la doctrina rusa ha sido interpretado como una advertencia hacia Occidente. Expertos consideran que Putin busca establecer una «línea roja» en un momento en que la guerra en Ucrania alcanza los 1,000 días, en una confrontación que muchos comparan con la crisis de los misiles cubanos de 1962.
Mientras tanto, Estados Unidos ha advertido previamente a Rusia sobre las consecuencias del uso de armas nucleares tácticas. Bill Burns, director de la CIA, recordó que en 2022 se enviaron mensajes claros al Kremlin sobre las graves implicaciones de tal acción.
Producción de refugios antiaéreos
En medio de estas tensiones, Rusia ha intensificado la producción de refugios antiaéreos móviles diseñados para proteger a la población contra diversas amenazas, incluidas la radiación y las ondas de choque. Este movimiento refleja los crecientes temores de escaladas en el conflicto, tanto por parte de Rusia como de sus adversarios.
El enfrentamiento entre Rusia y Ucrania sigue escalando, mientras las políticas nucleares y el apoyo militar occidental a Kiev complican aún más el panorama de seguridad global.
