Cascos blancos inician rescate de prisioneros en Sednaya, en busca de celdas secretas tras la caída del régimen de Al Assad

Cascos blancos inician rescate de prisioneros en Sednaya, en busca de celdas secretas tras la caída del régimen de Al Assad

La Defensa Civil siria, conocida como los cascos blancos, inició este lunes el rescate de detenidos en la prisión de Sednaya, un centro infame por su historial de tortura y abusos.

Equipos de rescate llegaron a la cárcel, ubicada al norte de Damasco, para liberar a los prisioneros retenidos en «celdas subterráneas ocultas» y otros compartimentos secretos, donde se tiene información de que podría haber más prisioneros, aunque aún se desconoce la ubicación exacta de las entradas a estos sitios.

La Defensa Civil siria, conocida como los cascos blancos, llegó este lunes a la prisión de Sednaya, al norte de Damasco, para rescatar a los detenidos en «celdas subterráneas ocultas», muchos de ellos, presos políticos, en un esfuerzo por liberar a los prisioneros que durante años han sufrido torturas en manos del régimen del derrocado Bashar al Assad.

De acuerdo con medios de comunicación, al menos dos equipos de rescate llegaron a la prisión este fin de semana. Se espera que lleguen refuerzos en los próximos días.

El jefe de los cascos blancos, Raed al Saleh, informó en su cuenta oficial de X que tras la liberación de los primeros presos, los equipos de rescate buscan celdas o compartimentos secretos de los que se tiene información, en los que podría haber más personas. Sin embargo, no tienen conocimiento de dónde se encuentran los accesos a estos sitios. Hasta el corte de esta información la búsqueda continúa sin resultados.

«Los equipos especializados de la Defensa Civil Siria siguen buscando en la prisión de Saydnaya, que alberga a miles de detenidos y está considerada una de las prisiones más feas del mundo. Están buscando puertas o sótanos secretos que aún no han sido descubiertos y de los que se habla. en el que puede haber detenidos distintos a los que salieron ayer.

«Estamos acompañados en la búsqueda por personas que conocen todos los detalles del centro penitenciario, además de contar con la orientación de personas que han sido contactadas por los vecinos. que conozcan los accesos al penal y los sótanos secretos que puedan existir, y hasta hoy 9 de diciembre a las 4:45 hora local. No existen pruebas que confirmen la presencia de detenidos distintos a los que salieron ayer, y continuaremos la búsqueda hasta confirmar todas las secciones del penal», indicó el jefe de los cascos blancos. 

Rescatistas revisan planos de la prisión para buscar accesos secretos. Foto: Raed al Saleh

El periodista Qusay Noor informó que los rescatistas han logrado acceder a la sala de circuito cerrado donde se observa en las cámaras imágenes de presos pero no logran llegar hasta donde se encuentran, esta información no ha sido confirmada por autoridades. Sin embargo, circulan videos que muestran el interior de esos sitios ocultos en la prisión.

La BBC confirmó que en el interior de la prisión hay niños. De acuerdo con versiones extraoficiales, las mujeres recluidas en este centro eran constantemente víctimas de violaciones sexuales y los hijos de esas violaciones vivían con ellas confinados en esos especios subterráneos. Los motivos por los que los menores se encontraban en la prisión no han sido confirmados.

Niño deambula en una de las celdas de la prisión de Sednaya, en Siria. Foto: BBC.

La activista Hiba Karm compartió un video del momento en que un grupo de mujeres fueron liberadas y que se encontraban muy alteradas debido a que no creían que Assad había caído y temían que si las liberaban, sus captores las traerían de vuelta.

«Decenas de jóvenes abandonan la prisión de Sednaya en estado de shock por las palabras del hombre que les pide que se vayan y regresen a casa como si hubieran nacido en prisión. Una mujer tenía miedo y dijo que el régimen de Assad sabría que habían escapado y las traería de vuelta. dicen que Assad ha caído, ellas no lo creen» indicó Karm.

El domingo, los insurgentes declararon «libre» la ciudad de Damasco y el presidente sirio Bashar al Assad huyó a Moscú junto a su familia. Este hecho forma parte de la ofensiva insurgente iniciada el 27 de noviembre, liderada por el grupo Hayat Tahrir al Sham (HTS), una facción que heredó a la ex filial siria de Al Qaeda. Con la caída de las principales ciudades, el grupo insurgente comenzó a liberar a los prisioneros políticos, como los de Sednaya, en una muestra de la larga lucha por la justicia en Siria.

La prisión militar de Sednaya, ubicada a unos 30 kilómetros al norte de Damasco, fue gestionada por la Policía Militar y se hizo tristemente famosa por el uso de tortura y fuerza excesiva, especialmente tras un motín de detenidos en 2008. Con capacidad para entre 10 mil y 20 mil presos, según Amnistía Internacional, esta prisión se ha convertido en un símbolo del sufrimiento de los opositores al régimen y de militares sospechosos de rebelión desde el inicio del conflicto en 2011.

Sednaya ha sido un lugar de horror durante décadas, con celdas de tortura y cámaras de interrogatorio donde se han documentado métodos crueles por parte de las autoridades. La Comisión de Investigación de Siria de la ONU ha hecho un llamado a todas las partes para que permitan el acceso de agentes humanitarios y de derechos humanos independientes, y para que se protejan todas las pruebas.

La Comisión de Siria de la ONU calificó la caída del régimen de Bashar al Assad como «un histórico nuevo comienzo para un pueblo que ha sufrido 14 años de atrocidades», considerando esta situación como una oportunidad para avanzar hacia una era más respetuosa con los derechos humanos.

Tras la toma de Damasco y la liberación de prisioneros, la Comisión de Investigación de la ONU sobre Siria declaró que «ha llegado el momento de anteponer por fin las aspiraciones de los propios sirios y encaminar al país hacia un futuro estable, próspero y justo», subrayando la importancia de garantizar la dignidad y los derechos humanos para el pueblo sirio.

El futuro de Siria ahora depende de la voluntad de las partes implicadas en el conflicto de mantener una conducta responsable y garantizar la protección de los civiles, lo que representa una nueva esperanza para un pueblo que ha sufrido profundamente durante años de dictadura y guerra.

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