La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, rechazó las acusaciones de la Casa Blanca sobre presuntos vínculos de su gobierno con el crimen organizado y propuso al presidente Donald Trump establecer una mesa de trabajo en materia de seguridad y salud pública. En respuesta a los aranceles del 25% impuestos a México, Sheinbaum instruyó a su equipo económico a activar un plan B con medidas arancelarias y no arancelarias en defensa de los intereses del país.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, rechazó este sábado las acusaciones de la Casa Blanca, que vinculó al gobierno mexicano con organizaciones criminales como justificación para imponer aranceles del 25% a las importaciones desde México y Canadá, y del 10% a los productos procedentes de China.
«Rechazamos categóricamente la calumnia que hace la Casa Blanca al Gobierno de México de tener alianzas con organizaciones criminales, así como cualquier intención injerencista en nuestro territorio», afirmó Sheinbaum en un comunicado.
Las declaraciones de la mandataria mexicana responden a los señalamientos de la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, quien el viernes defendió la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, argumentando que los nuevos aranceles son una respuesta al «fentanilo ilegal que han obtenido y permitido distribuir en nuestro país, que ha matado a decenas de millones de estadounidenses«.
Sheinbaum rechazó la narrativa del gobierno estadounidense y aseguró que el problema del tráfico de armas es un factor clave en la violencia generada por los cárteles en México.
«Si en algún lugar existe tal alianza es en las armerías de los Estados Unidos que venden armas de alto poder a estos grupos criminales, como lo demostró el propio Departamento de Justicia de Estados Unidos en enero de este año», afirmó.
La mandataria subrayó los esfuerzos de su administración para combatir el tráfico de drogas, señalando que en los primeros cuatro meses de su gobierno se han asegurado más de 40 toneladas de drogas, incluidas 20 millones de dosis de fentanilo, y se han detenido a más de 10 mil personas vinculadas con el crimen organizado.
Sheinbaum criticó la falta de acciones concretas por parte de Estados Unidos para enfrentar la crisis de opioides dentro de su territorio.
«Si el gobierno de Estados Unidos y sus agencias quisieran atender el grave consumo de fentanilo en su país, pueden por ejemplo combatir la venta de estupefacientes en las calles de sus principales ciudades, lo que no hacen y el lavado de dinero que se genera por esta actividad ilegal que tanto daño ha hecho a su población».
También destacó que la epidemia de opioides sintéticos en Estados Unidos se originó por la prescripción indiscriminada de medicamentos de este tipo, aprobados por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA), como se evidenció en el juicio contra una farmacéutica.
Diálogo, no aranceles
Sheinbaum enfatizó que México no busca confrontación con Estados Unidos, sino colaboración basada en el respeto a la soberanía nacional.
«México no solo no quiere que el fentanilo llegue a Estados Unidos, sino a ninguna parte. Por ello, si Estados Unidos quiere combatir a los grupos delictivos que trafican droga y generan violencia, debemos trabajar conjuntamente de forma integral, pero siempre bajo los principios de responsabilidad compartida, confianza mutua, colaboración y sobre todo, respeto a la soberanía, que no es negociable. Coordinación sí; subordinación, no».
La presidenta mexicana propuso a Trump establecer una mesa de trabajo con equipos especializados en seguridad y salud pública para abordar el problema del narcotráfico y la migración de manera conjunta.
Además, recordó que la gráfica que Trump compartió en sus redes sociales sobre la reducción de la migración fue elaborada por su equipo de trabajo y que han mantenido comunicación con la administración estadounidense en las últimas semanas.
Medidas de respuesta de México
Sheinbaum anunció que instruyó al secretario de Economía a implementar el plan B que su gobierno ha desarrollado en caso de la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos. Dicho plan contempla medidas arancelarias y no arancelarias para proteger los intereses económicos de México.
«No es con la imposición de los aranceles como se resuelven los problemas, sino hablando y dialogando como lo hicimos en estas últimas semanas con su Departamento de Estado para atender el fenómeno de la migración; en nuestro caso, con respeto a los derechos humanos», concluyó.
