En 1888, una mujer desafió las normas de su tiempo y cambió para siempre la historia de la automoción. Bertha Benz, sin avisar a su esposo ni a las autoridades, emprendió el primer viaje de larga distancia en un automóvil, superando obstáculos con ingenio y determinación. Su audaz travesía no solo demostró la viabilidad del automóvil, sino que también impulsó su comercialización y transformó el transporte moderno.
El propósito oficial era visitar a su madre, pero en realidad, Bertha tenía un plan más ambicioso: demostrarle a su esposo y al mundo que el automóvil no era solo una curiosidad mecánica, sino una revolución en el transporte. Carl Benz dudaba de la viabilidad comercial de su invento, pero su esposa tenía la visión y el coraje de probarlo en el mundo real.
A lo largo del trayecto, Bertha Benz enfrentó todo tipo de dificultades. Como el Benz Patent-Motorwagen no tenía tanque de gasolina, debió detenerse en una farmacia de Wiesloch para comprar ligroína, el disolvente de petróleo que servía de combustible. En el camino, tuvo que agregar agua constantemente para evitar el sobrecalentamiento del motor y hacer reparaciones improvisadas: usó una pinza de su cabello para ajustar el sistema de ignición, un alfiler de su sombrero para destapar una tubería de combustible y una liga para aislar un cable eléctrico expuesto. Cuando la cadena de transmisión se rompió, consiguió la ayuda de un herrero local. Y en las pendientes, sus hijos tuvieron que empujar el automóvil cuesta arriba.
Finalmente, después de un día entero de aventura, Bertha Benz llegó a Pforzheim y notificó a su esposo por telegrama. Días después, regresó a Mannheim, marcando la primera travesía de larga distancia en un vehículo motorizado. Su viaje no solo probó que el coche era funcional, sino que también le permitió identificar mejoras cruciales, como la necesidad de un engranaje adicional para subir colinas y el uso de forros de cuero para mejorar la potencia de frenado.
El atrevimiento de Bertha Benz no solo aseguró el éxito del automóvil, sino que también consolidó su lugar en la historia de la automoción. Hoy, su ruta es conocida como la Bertha Benz Memorial Route, un tributo a la mujer que condujo hacia el futuro, desafiando convenciones y allanando el camino para la industria automotriz moderna.
