En Nuevo León el tránsito obligado de personas migrantes nacionales y extranjeras favorece a la trata con fines de explotación sexual. La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) reveló que la entidad se encuentra dentro de las cinco, que entre los años 2017 y 2021, acumularon más carpetas de investigación a nivel nacional por este delito. Además, dentro de este grupo crítico, Nuevo León fue el único estado que mostró un crecimiento progresivo de casos.
En los últimos 10 años, Nuevo León se ha consolidado como en un punto rojo de trata de personas con fines de explotación sexual. La entidad es conocida como una zona de paso en medio del desierto, donde converge el crecimiento económico y la desigualdad social. Este contexto, sumado a la presencia del crimen organizado, y el aumento del turismo sexual, han favorecido la apertura de centros donde se coacciona a mujeres jóvenes a prostituirse.
En medio de la impunidad y la indiferencia, esta industria se ha extendido con facilidad en la última década. Durante el 2012, fue publicada una investigación titulada «Mujeres invisibles y victimización sexual en México. El caso de la trata de mujeres en Monterrey», donde Arun Kumar Acharya de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), se adentró en las entrañas de los centros de trata de la capital del estado, y extrajo una realidad que devenía de una industria emergente, que hoy consume a la entidad en una crisis que la ha posicionado en los primeros lugares nacionales de trata de personas.
10 AÑOS DE INFIERNO
Hace diez años, convergía en Monterrey el aumento de la inseguridad, y el crecimiento económico. De acuerdo con la investigación de Acharya, en este periodo se intensificó el flujo de viajes turísticos y de negocios a la capital estatal. Para abastecer la demanda creciente de servicios sexuales, los dueños de los bares y centros nocturnos comenzaron a viajar a las zonas marginadas del país para enganchar mediante engaños a mujeres en situación de pobreza, a quienes, una vez trasladadas a la entidad, obligaban a prostituirse, práctica que se ha extendido en la actualidad.
Desde la primera década del 2000, diversos investigadores afirmaban que la trata de mujeres con fines de explotación sexual se había facilitado por la falta de regulación de las relaciones económicas y sociales, que prevalecieron durante la década de los noventa, y que generaron empobrecimiento de la clase media, y un amplio número de personas se vieron sumidos en la pobreza extrema. Frente a esta problemática, las víctimas eran llevadas a la capital del estado provenientes sobretodo de las regiones noreste, centro y sur del país.
El crimen organizado también aprovechó el aumento del flujo migratorio en Monterrey para crear su propio mercado de trata de personas. De acuerdo con la investigación de Acharya , estos grupos delincuenciales utilizaron a los migrantes «sometiéndolos a formas infrahumanas de explotación para así obtener cuantiosas ganancias a costa de la vida humana». La trata de personas en Monterrey también se ha visto favorecida por la cercanía geográfica de la urbe con la frontera estadounidense.
OBLIGADAS A PROSTITUIRSE DÍA Y NOCHE
En esta ciudad, desde hace una década, las mujeres víctimas de trata son vendidas, revendidas y expuestas como objeto de consumo y venta. Si se niegan a trabajar en la prostitución son violentadas física y psicológicamente. En el escenario del 2012, las víctimas provinieron en su mayoría de Morelos, CIudad de México, Veracruz, San Luis Potosí, Oaxaca, Tlaxcala, Michoacán, Sinaloa, Estado de México, Coahuila, Guerrero, Puebla, Chiapas y Zacatecas.
De acuerdo con el Manual para la Atención y Detección de Trata de Personas -un protocolo con el que el estado de Nuevo León cuenta desde el 2019- las mujeres y niñas entre 13 y 30 años de edad, son el grupo de mayor interés para los tratantes de personas en esta entidad. Según los datos que refleja este documento, las víctimas entrevistadas por Acharya en el 2012, estando en libertad ya hubiesen concluido sus estudios universitarios. Sin embargo, aun tienen edad para continuar siendo explotadas por esta industria ilegal, en caso de que sus cuerpos hubiesen logrado resistir las violaciones y abusos por una década.
«Los hombres creen que porque nos pagan la cantidad de dinero por la cual nos ofrecemos tienen el derecho de hacernos lo que quieren. Hay unos que te muerden los pezones, duele un vergo (duele mucho). Otros te meten los dedos a la boca y me ha pasado que hasta me vomito, porque lo meten hasta donde empieza la lengua. Hay clientes que quieren terminar en la boca de una y te obligan a comerte los mecos (semen). Como me da mucho asco, siempre les digo que no, pero a veces te obligan. A mí me han agarrado del cabello y me han dirigido hacia su pene y a veces me cachetean, me pellizcan las nalgas, me aprietan los senos, me meten el dedo al culo (ano). Cuando bailo, los hombres son bien avorazados (de voraz), cuando empieza la canción y nos comenzamos a desnudar, se van bien sobres (afanosos) a tocarnos los senos, a dizque acariciarnos las nalgas y la panocha (vagina). Otros aprovechan para meternos el dedo a la vagina. Muchas veces nos lastiman y sangramos», relató al investigador una joven procedente de Michoacán, que se encontraba cautiva en uno de los centros de prostitución de Monterrey en el 2012.
La víctimas de trata con fines de explotación sexual son violentadas día y noche, obligadas a trabajar en condiciones que ponen en riesgo su salud e integrad física. De acuerdo con la investigación de Acharya presentan síntomas como dolores de cabeza, cansancio, fatiga, fiebre, mareos, dolor de espalda, dolores estomacales y abdominales y fallas en la memoria. Para aliviar los dolores y seguir con las largas jornadas laborales forzadas, las jóvenes acostumbran ingerir drogas de las que generan dependencia. Uno de los principales riesgos es que lo clientes acostumbran pagar cuotas adicionales para sostener relaciones sexuales sin condón, a lo que las víctimas de trata no pueden oponerse. Esta práctica las somete a un alto riesgo de contraer infecciones o embarazos no deseados.
NUEVO LEÓN: UN FOCO ROJO DE TRATA EN 2021
El Manual para la Atención y Detección de Trata de Personas, admite que Nuevo León se ha consolidado como uno de los estados con mayor número de víctimas de trata, donde la explotación sexual ha proliferado gracias a la situación geográfica por su cercanía con Estados Unidos, este documento coincide con la investigación de Acharya, realizada 10 años atrás, en considerar a Nuevo León como un lugar de tránsito obligado para personas migrantes nacionales y extranjeras, que favorece la trata de personas.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) publicó una reporte sobre las carpetas de investigación iniciadas en todas las fiscalías del país por el delito de trata, ocurridos entre los años 2017 y 2021.
El reporte reveló que Nuevo León se encuentra dentro de las cinco entidades, que entre los años 2017 y 2021, acumularon más carpetas de investigación a nivel nacional por este delito. Además, dentro de este grupo crítico, Nuevo León fue el único estado que mostró un crecimiento progresivo de casos.
La CNDH también reportó que entre el 2017 y el 2021, Nuevo León acumuló 238 carpetas de víctimas de trata, con lo que en este informe no solo se posicionó en el segundo lugar nacional, después de la CDMX, sino que el número de casos, se encuentra de manera considerable, por encima de la media en relación al resto de entidades del país, ya que el estado que le sigue es Baja California, entidad que sumó 96 casos, es decir, menos de la mitad de los que registró Nuevo León.
La CNDH encontró que un número considerable de víctimas de trata en México son de nacionalidad extranjera. Asimismo, los datos de víctimas nacionales muestran una tendencia a proceder de Nuevo León.
Según la CNDH, entre el 2017 y el 2021, Nuevo León reportó 13 personas que recibieron sentencias condenatorias firmes. Sin embargo, la impunidad prevalece sobretodo porque el delito de trata aun resulta difícil de definir, debido a que en ocasiones se confunde con otras figuras delictivas como el tráfico de personas, la violencia familiar, lesiones, homicidio, feminicidio, violación, y otros que complican la identificación de la trata.
No siempre se sigue el debido proceso ya que el delito se conforma de varias acciones que se llevan a cabo para explotar a una víctima, tales como la captación, el enganche o el traslado, que en México están penalizadas bajo el delito de trata personas, aun cuando no se consume el delito.