Científico de la UNAM participa en investigación sobre el clima espacial con hallazgos relevantes

Científico de la UNAM participa en investigación sobre el clima espacial con hallazgos relevantes

Un equipo internacional de científicos, entre los que participó uno de la UNAM, descubrió que las ondas de baja frecuencia del viento solar se destruyen en el choque de proa terrestre y generan ondas más rápidas, que son las que perturban la magnetosfera. Este hallazgo refuta una hipótesis vigente durante 50 años. 

El científico Primož Kajdič, del Departamento de Ciencias Espaciales del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) participó en una investigación sobre el clima espacial que incide en el planeta Tierra con hallazgos relevantes.

Un grupo internacional de investigadores estudiaron el clima espacial de la Tierra y otros planetas y encontraron que el origen de unas variaciones electromagnéticas que inciden en el planeta tienen un origen diferente al que se había considerado por más de 50 años.

El equipo de científicos fue dirigido por Lucile Turc, de la Universidad de Helsinki y contó con la participación de Kajdič de la UNAM. La investigación fue apoyada por el International Space Science Institute, de Berna.

El estudio se enfocó en el viento solar que interactúa con el campo magnético de la Tierra, que al chocar con el planeta genera perturbaciones de diferente intensidad, a las que se les llama clima espacial, algunas veces este fenómeno se manifiesta como auroras polares.

El clima espacial puede intervenir dispositivos electrónicos e interrumpir comunicaciones satelitales, o causar mal funcionamiento de los satélites. La interacción del viento solar supersónico con el campo magnético terrestre conforman la magnetosfera y su choque de proa.

Durante décadas, se sostuvo que las ondas de frecuencia ultrabaja (FUB) atravesaban el choque de proa y llegaban hasta la magnetosfera. Sin embargo, esta investigación permitió a los científicos concluir que las FUB se destruyen en el choque de proa y de esta destrucción se generan ondas más rápidas que son las que afectan a la magnetosfera.

“Durante décadas se pensó, con base en los modelos teóricos, que las ondas de frecuencia ultra baja (FUB) atravesaban el choque de proa y llegaban hasta la magnetosfera de la Tierra; sin embargo, después de dos años de trabajo y gracias a herramientas computacionales (código numérico llamado Vlasiator), en conjunto con observaciones de alta resolución temporal tomadas por algunas naves, se logró descubrir que las FUB se destruyen en el choque de proa terrestre, pero dicha destrucción genera unas nuevas ondas más rápidas y son estas las que perturban la magnetosfera”, comentó Kajdič a la Dirección General de Comunicación Social de la UNAM.

Kajdič consideró que este hallazgo es un parteaguas para el entendimiento del clima espacial