El partido del Sol Naciente se extinguió después de 35 años en que llegó a ser considerado representante de la nueva izquierda de México, para terminar abandonado por sus fundadores y refugiado en coaliciones impensables, e incluso contradictorias de su naturaleza política, con el Partido Acción Nacional (PAN).
Al concluir el conteo de los cómputos distritales de los votos para presidente, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) solo obtuvo mil 864 votos por lo que no alcanzó el porcentaje mínimo para conservar su registro como partido político ante el Instituto Nacional Electoral (INE) y podría perderlo.
El partido del sol naciente fue fundado en 1989 por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, de la mano con Ifigenia Martínez, Porfirio Muñoz Ledo, e incluso el presidente Andrés Manuel López Obrador figura en la lista.
Su surgimiento está anclado al movimiento contra el fraude electoral que fue denunciado por Cárdenas en 1988, cuando una caída del sistema de cómputo generó dudas sobre la comisión de un fraude electoral, al presuntamente alterar los resultados para permitir la victoria de Carlos Salinas de Gortari, candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Cárdenas fue postulado por el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), al que más tarde se sumaron el Partido Popular Socialista (PPS), el Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (PFCRN), el Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT) y el Revolucionario de los Trabajadores (PRM). Estas agrupaciones políticas conformaron el Frente Democrático Nacional (FDN).
Tras la derrota de Cárdenas, el FDN se consolidó como segunda fuerza política en el país y más tarde, se integró el Partido Socialista Unificado de México (PSUM) y la Corriente Democrática del PRI, que decía definirse con la izquierda. En 1993, Cárdenas volvió a postularse para las elecciones presidenciales por el PRD. Sin embargo, fue derrotado por segunda vez, por un candidato priísta, Ernesto Zedillo Ponce de León.
LOS TRIUNFIALES AÑOS 90
Los mejores días del PRD llegaron en 1997, cuando Cárdenas se postuló para jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal. El apoyo que el líder perredista retenía en la Ciudad de México le permitió ganar la elección con el 48.09 por ciento de los votos. Un año después, Ricardo Monreal ganó la gubernatura de Zacatecas, postulado por el PRD y el Partido del Trabajo (PT). En 1999, Alfonso Sánchez Anaya, ganó con el PRD la gubernatura de Tlaxcala; ese mismo año, Leonel Cota Montaño dio al Sol Naciente la gubernatura de Baja California Sur.
En el año 2000, Andrés Manuel López Obrador fue postulado por el PRD para jefe de Gobierno de la Capital y obtuvo el mayor triunfo del PRD. El partido de izquierdas continuó extendiendo su presencia en el país. En el año 2001, ganaron la gubernatura de Michoacán con Lázaro Cárdenas Batel, hijo del fundador del partido, Cuauhtémoc Cárdenas.
2006: EL FRAUDE Y LA PROTESTA
En 2006, López Obrador se postuló a la presidencia de la República por el PRD. AMLO ganó la contienda en 16 estados, la mayoría ubicados en el sur. Sin embargo, perdió por menos de un punto porcentual frente a Felipe Calderón, candidato del Partido Acción Nacional (PAN). La victoria panista fue cuestionada debido a las controversias e irregularidades presentadas.
Aunque el PRD perdió la elección, la movilización política y un plantón en Reforma, que derivó de los reclamos por el presunto fraude electoral, dieron al partido fundado por Cárdenas un protagonismo contundente en todo el país y muchos lo consideraron el partido representante de la nueva izquierda de México.
Las protestas perredistas ocasionaron que Felipe Calderón no pudiera seguir los protocoles para la toma de protesta el 1 de diciembre del 2006. La percepción de ilegitimidad que tuvo su gobierno es considerada por algunos especialistas como el motivo por el que decidió iniciar la Guerra contra el crimen organizado, en un intento por legitimar su gobierno.
En el 2012, López Obrador volvió a ser el abanderado presidencial del PRD, en coalición con el PT. En esas elecciones AMLO perdió frente a Enrique Peña Nieto, candidato del PRI, que se llevó el 38.21 por ciento de los votos.
HORFANDAD DEL PRD
Los conflictos internos fueron el primer síntoma de la muerte anunciada del PRD. En el año 2012, tras su derrota electoral, López Obrador se separó del partido para iniciar una nueva formación política integrada por su grupo de apoyo. Aunque no expresó diferencias con el PRD, indicó que su salida favorecería su restructuración.
Lejos de reformarse, comenzó el éxodo de sus fundadores. En el año 2014, Cuauhtémoc Cárdenas se separó del partido, atribuyendo su salida a diferencias irreconciliables con los líderes del partido. Ifigenia Martínez salió en el año 2018. Porfirio Muñoz Ledo había renunciado a la militancia perredista desde 1999, en que pretendió contender por la presidencia y no le dieron la candidatura.
Huérfano de sus fundadores más emblemáticos, el PRD conformó una insólita coalición con Acción Nacional y Movimiento Ciudadano (MC) para impulsar en 2018 la candidatura presidencial de Ricardo Anaya. Esta alianza entre el PRD y el PAN parecía imposible de imaginar durante el sexenio calderonista, en que la confrontación del PRD al PAN por los reclamos del fraude electoral fue contundente.
En 2014, el PRD ya debilitado recibió un duro golpe tras la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa, en Iguala, Guerreo, un municipio que gobernaba el perredista José Luis Abarca Velázquez. Quien fue uno de los primeros señalados por el crimen de desaparición forzosa. En 2016, un juez le dictó auto de formal prisión por delincuencia organizada, lavado de dinero y enriquecimiento ilícito.
El PRD no logró recuperarse de la salida de López Obrador y el surgimiento de Morena. El partido fue perdiendo fuerza de manera gradual hasta su última derrota en coalición con el PRI, el PAN y las organizaciones civiles, con Xóchitl Gálvez Ruiz como abanderada, quien perdió la elección de 2024, frente a Claudia Sheinbaum, candidata de Morena.
Después de que en 2006 el PRD obtuvo la mayoría de votos para presidente en la mitad del país, en los últimos comicios no alcanzó ni siquiera el porcentaje mínimo para mantener el registro.