El crecimiento económico de México enfrenta un panorama cada vez más incierto. De acuerdo con la encuesta de abril realizada por el Banco de México a especialistas del sector privado, la expectativa para el PIB 2025 se redujo drásticamente a 0.11%, lo que, junto con el aumento en la probabilidad de caídas trimestrales consecutivas, eleva el riesgo de una recesión técnica. Factores como la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos, una posible contracción económica interna y el deterioro del entorno externo acentúan las dudas sobre la recuperación del país.
La Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado de abril de 2025, elaborada por el Banco de México (Banxico), reveló un panorama más adverso para el crecimiento de la economía mexicana, al registrar un recorte en la expectativa del PIB para este año a apenas 0.11%, desde el 0.41% estimado en marzo. Esta previsión marca una fuerte señal de debilidad económica, elevando el riesgo de una recesión técnica si se concreta una contracción del producto por dos trimestres consecutivos.
De acuerdo con la encuesta, la probabilidad de una caída del PIB real desestacionalizado entre el primer y segundo trimestre de 2025 aumentó de 33.36% en marzo a 40.95% en abril, mientras que para el primer trimestre ya se estimaba en 59.42%. De cumplirse ambos escenarios, México entraría en recesión técnica, lo que implicaría no solo una desaceleración, sino una contracción económica tangible.
Los analistas también redujeron la previsión para el crecimiento económico en 2026, al pasar de 1.59% a 1.41%, en un contexto donde el débil mercado externo, la política sobre comercio exterior y los recientes aranceles impuestos por Estados Unidos fueron identificados como los principales factores que podrían obstaculizar la actividad económica.
En efecto, la política comercial de Estados Unidos representa una creciente fuente de incertidumbre. En abril, el 23% de los analistas identificó este aspecto como el principal riesgo externo para México, el nivel más alto desde que se introdujo esta categoría en la encuesta en 2018. Esta preocupación se da en medio de tensiones por los cambios en las reglas del T-MEC y posibles nuevos aranceles a productos mexicanos.
El entorno de bajo crecimiento económico también se refleja en una reducción en las expectativas de inversión. Las proyecciones para la inversión extranjera directa en 2025 se ajustaron a la baja de 34,971 a 32,700 millones de dólares. Además, el saldo de la balanza comercial sigue en terreno negativo, aunque con una ligera mejora esperada, al situarse en un déficit de -10,544 millones de dólares.
Por su parte, las expectativas inflacionarias se revisaron al alza. Para el cierre de 2025, la inflación general se estima en 3.82% y la subyacente en 3.91%, reflejando presiones persistentes que podrían limitar el margen de maniobra de la política monetaria.
En síntesis, la encuesta de abril advierte un panorama frágil: crecimiento del PIB casi nulo, riesgo de recesión técnica, aumento en las preocupaciones por aranceles, y deterioro en la percepción del entorno económico, elementos que configuran un escenario desafiante para la política económica nacional.